El primer ministro británico, David Cameron, afirmó el lunes que las agencias de inteligencia del Reino Unido “actúan en el marco de la ley”, en respuesta a acusaciones de que la habrían eludido para obtener datos personales.

Las agencias británicas de inteligencia “actúan en el marco de la ley (…) Son objeto de un examen adecuado por parte de la comisión parlamentaria encargada de la seguridad”, declaró Cameron durante una visita al noreste de Londres. “Este examen es esencial”, agregó.

Interrogado específicamente sobre las acusaciones según las cuales el Reino Unido habría accedido al programa de espionaje estadounidense de comunicaciones PRISM, en el centro de un enorme escándalo en Estados Unidos, respondió: “No puedo hacer comentarios sobre cuestiones relativas a la inteligencia”.

Según el diario británico The Guardian, el centro británico de escuchas, el GCHQ, habría tenido acceso “desde al menos junio de 2010″ a PRISM, desarrollado secretamente por los servicios de inteligencia estadounidenses.

PRISM fue utilizado por los servicios secretos estadounidenses para interceptar comunicaciones de internautas fuera de Estados Unidos en grandes redes sociales como Facebook.

Según The Guardian, PRISM habría “permitido también al GCHQ eludir el procedimiento legal necesario para obtener datos personales como emails, fotos o vídeos, de operadores instalados fuera del Reino Unido.

El jefe de la diplomacia británica, William Hague, cuyo ministerio está encargado del servicio de escuchas y de los servicios secretos exteriores, (MI6), debe hacer una declaración sobre el tema este mismo lunes en el parlamento.

El domingo afirmó que el “marco jurídico” en el que trabajaban los servicios de inteligencia británicos era “sólido” y que “la vigilancia ejercida por los ministerios era fuerte”.

La polémica en torno a esta cuestión le obligó a retrasar sin embargo un viaje a Estados Unidos.

Una autoridad legal, “normalmente un ministro”, debe autorizar cualquier solicitud procedente del servicio de escuchas del Reino Unido para acceder al correo electrónico de ciudadanos británicos, señaló el lunes el presidente de la comisión de seguridad, Malcolm Rifkind.

Las agencia de inteligencia “no pueden decidir simplemente los correos electrónicos o números de teléfono que van a interceptar”, agregó.

Los conservadores defienden un proyecto de ley que obligaría a los proveedores de internet y a los operadores de telefonía móvil a archivar la actividad de sus clientes, que sería consultable por las autoridades. Este proyecto se halla actualmente en un punto muerto debido a la oposición de los liberal demócratas, sus socios en la coalición gubernamental.