Los socialistas españoles, principal partido de la oposición, pidieron este domingo la dimisión del jefe del gobierno, Mariano Rajoy, tras aparecer su nombre en un escándalo de corrupción, al considerar que no puede liderar la salida de la crisis.

“Pedimos que abandone la presidencia del gobierno y dé paso a otro presidente que pueda restablecer la fortaleza, la credibilidad y la estabilidad que necesita nuestro país”, dijo Alfredo Pérez Rubalcaba, líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), en una rueda de prensa.

Rubalcaba ha dado el paso de pedir la dimisión de Rajoy porque “no puede dirigir nuestro país en un momento tan difícil, en el que tiene que hacer tantos esfuerzos, y en el que tiene que pedir tantos esfuerzos al conjunto de los ciudadanos”.

El sábado, Rajoy había negado ante la dirección de su Partido Popular (PP) haber recibido dinero sin declarar, desmintiendo las informaciones aparecidas el jueves en el diario El País, en las que citaban su nombre como uno de los supuestos beneficiarios de pagos ocultos.

“Nunca, repito, nunca he recibido ni he repartido dinero negro ni en este partido ni en otra parte”, afirmó Rajoy en su intervención ante la cúpula de su partido, que preside desde 2004.

Rajoy descartó dimitir y anunció que hará públicos su patrimonio y su declaración de la renta.

Sin embargo, sus explicaciones no sirvieron para aplacar la indignación popular, que desde hace meses asiste a un goteo constante de escándalos de corrupción, en un país con un desempleo que supera el 26% de la población activa y sometido a una dura austeridad.

La crisis de credibilidad que sufren los dirigentes políticos españoles se plasmó en un sondeo publicado este domingo por el diario El País, que muestra una intención de voto para el PP del 23,9%, su nivel más bajo desde su victoria electoral en noviembre de 2011, y casi empatado con el PSOE (23,5%).

Las sedes del PP, además, han sido blanco desde el jueves de manifestaciones, todavía limitadas en número de asistentes, pero que han servido, junto a las movilizaciones en las redes sociales, para crear un nuevo símbolo de protesta: el del sobre, exhibido por los manifestantes.

La tarde de este domingo, un centenar de manifestantes volvieron a concentrarse ante la sede nacional del PP en Madrid, protegida por un cordón policial, a gritos de “¡dimisión!”, “¡delincuentes!” o “no es un partido, es una mafia!”.

“Tiene razón (Rajoy) cuando reclama que España necesita estabilidad y fortaleza para salir de la crisis, lo que sucede es que para hacer eso hace falta un gobierno, fuerte, confiable, y el gobierno ha dejado de serlo, empezando por su presidente”, insistió Rubalcaba, quien, no obstante, no pidió expresamente un anticipo electoral.

“La moción de censura o las elecciones anticipadas son posibilidades que están ahí (…) pero creemos que ahora lo que procede es un cambio en la presidencia del gobierno”, afirmó el jefe de la oposición socialista, derrotado en las urnas por Rajoy en 2011.

Poco después, el vicesecretario general de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons, aseguró este domingo que Rajoy “es el presidente porque lo han querido los españoles y tiene legitimidad suficiente para seguir gobernando”.

El “caso Bárcenas” explotó el 18 de enero cuando el periódico El Mundo afirmó que Luis Bárcenas, extesorero del PP, había distribuido durante 20 años entre los dirigentes del partido sobres de 5.000 y 15.000 euros procedentes de la empresa privada como complemento a sus salarios oficiales.

Aunque este diario afirmó que Rajoy no había recibido sobres y había acabado con esta práctica, otra información publicada por El País el jueves afirmaba que, según unas cuentas manuscritas que presuntamente pertenecían a los extesoreros del PP entre 1990 y 2008, el actual jefe de Gobierno recibió entre 1997 y 2008 “pagos de hasta 25.200 euros al año”.