El gobierno boliviano reclamará a Estados Unidos por un reciente informe “malintencionado” de Washington que señala que Bolivia desplazó a Colombia como segundo productor mundial de cocaína, así lo dijo el ministro de Interior, Carlos Romero, según un comunicado difundido este jueves.

“Vamos a presentar la representación que corresponda, a través del conducto diplomático, porque este tipo de informaciones tan malintencionadas pueden estar dirigidas a dañar a un gobierno con el que se tiene diferencias ideológicas”, afirmó el ministro Romero, según un boletín enviado desde el Ministerio de Comunicación.

Romero, criticó el informe difundido a fines de julio por el director de la Oficina de Control Antinarcóticos de la Casa Blanca, Gil Kerlikowske, quien colocó a Colombia por debajo de Bolivia, como productor de cocaína, mientras que mantuvo a Perú en el primer lugar.

Según el funcionario norteamericano, Perú tiene una capacidad para producir 325 toneladas métricas anuales de cocaína, Bolivia 265 toneladas y Colombia 195 toneladas, mientras Bolivia insiste que está en tercer lugar.

El ministro Romero, principal autoridad en dirigir la lucha contra las drogas, dijo que ese informe “no pueden dañar a un país que no vive de la cocaína y que no vive para la producción de cocaína como es el pueblo boliviano”.

La Paz y Washington sostienen ríspidas relaciones, desde la llegada del izquierdista indígena al poder Evo Morales. Éste expulsó al embajador estadounidense a fines de 2008 acusándolo de apoyar un supuesto complot de la derecha criolla contra su régimen.

Romero dijo que conversó con el canciller David Choquehuanca para hacer la representación por los canales correspondientes, aunque no precisó una fecha.

Bolivia no tiene una cifra oficial de cuánta droga produce, según dijo en varias ocasiones el propio ministro Romero, quien anunció un estudio para definir este dato.

Bolivia tiene 31.000 hectáreas de coca -según las Naciones Unidas- de las que la ley boliviana sólo reconoce a 12.000 para usos tradicionales, como mascado, infusión y rituales religiosos andinos.