Ambas cámaras del Congreso de Estados Unidos se mostraban profundamente divididas este miércoles sobre la forma de evitar una parálisis de los servicios del gobierno federal antes del 16 de diciembre.

Si el Congreso no logra aprobar un proyecto de ley de 1 billón de dólares antes del viernes a medianoche, los servicios no esenciales del gobierno dejarán de funcionar.

Se trata de la tercera amenaza de parálisis desde comienzos del año, en un Congreso dividido entre un Senado de mayoría demócrata y una Cámara de Representantes de mayoría republicana tras los comicios legislativos de noviembre de 2010.

Antes de dar luz verde al proyecto de ley de finanzas del gobierno, los demócratas quieren que los republicanos acepten una prórroga de las exenciones fiscales para 160 millones de estadounidenses de clase media, así como una extensión de los subsidios por desempleo, que expiran el 31 de diciembre.

Los republicanos propusieron su propio plan para prolongar estas medidas, pero vinculándolas a la aprobación del polémico oleoducto Keystone XL ente EEUU y Canadá.

El presidente Barack Obama, que postergó la construcción del oleoducto para 2013 con el fin de realizar un estudio suplementario de impacto ambiental, amenazó con vetar esa disposición.

El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo este miércoles esperar que el Congreso logre un acuerdo antes del viernes.