El alza internacional del precio de los alimentos agrava el hambre y la desnutrición en América Latina y el Caribe, que en 2010 afectaba a 52,5 millones de latinoamericanos, estimó la FAO el jueves en Lima durante un encuentro regional sobre seguridad alimentaria.

“Este encuentro es muy importante ya que permite dialogar y discutir sobre las experiencias y progresos de cada país en el combate al hambre”, dijo Juan García Cebolla, coordinador de la Iniciativa América Latina y Caribe sin Hambre que impulsa la FAO.

Un factor común en la región es que el principal obstáculo para garantizar la seguridad alimentaria es el acceso a los alimentos, lo que se agrava durante situaciones de alza de los precios como la actual, señaló la FAO.

“Hay una tendencia estructural a que los precios se mantengan elevados. Los alimentos representan el 40% del índice general de los precios. Hay relación directa entre el precio de los alimentos, inflación y acceso a los
alimentos”, dijo Fernando Soto Baquero, director regional de políticas de la FAO.

A pesar de los esfuerzos de los gobiernos, no se ha logrado reducir significativamente la inseguridad alimentaria y nutricional de la población más vulnerable, indicaron los funcionarios de la FAO.

“Estamos atravesando un período especialmente complejo en términos de seguridad alimentaria, caracterizado por la alta volatilidad de los precios de los alimentos”, aseveró Soto.

En América Latina, la población de los estratos sociales pobres destina hasta el 70% de su presupuesto a la compra de alimentos.

La FAO define la seguridad alimentaria como el acceso material y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos para todos los individuos.

Desde 2005, cuando se lanzó la Iniciativa América Latina y Caribe Sin Hambre para erradicar el hambre y la desnutrición, seis países aprobaron leyes de seguridad alimentaria y nutricional: Guatemala, Brasil, Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Honduras.