La farmacia popular de Recoleta hoy abrió sus puertas para hacer la segunda entrega de medicamentos desde su inauguración.

La mayoría adultos mayores diabéticos e hipertensos, llegaron para recoger sus pedidos: medicamentos hasta un 90 por ciento más baratos en comparación con una gran cadena de farmacia.

El que el alcalde Daniel Jadue celebró durante la jornada que cientos de sus pares en todo Chile se hayan mostrado interesados en replicar el modelo en otras regiones del país, sin importar el color político. Pero también respondió a quienes han cuestionado la viabilidad financiera de la medida, particularmente desde la oposición.

En medio de la entrega sorpresivamente llegó hasta el lugar un equipo del Instituto de Salud Pública para fiscalizar que se cumpliera con las exigencias de la autoridad.

¿El resultado? Faltas en el petitorio mínimo de medicamentos exigidos por la normativa vigente, problemas de señalética y etiquetado parcial de precios en las cajas de medicamentos.

Falencias que de no subsanarse, podrían derivar en sumarios o multas de hasta 44 millones de pesos en contra del municipio, según lo explicó el jefe del Subdepartamento Farmacias, Sergio Muñoz.

Pero la iniciativa no sólo se ha tomado la agenda política. Ayer, en el encuentro Enade 2015, el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, llamó a los empresarios a incluir dentro de sus debates esta iniciativa y sus implicancias en el mercado farmacéutico.

Más de cien alcaldes se han mostrado interesados en conocer el modelo de farmacia popular y cinco de ellos ya tramitan la autorización en el ISP para su implementación.