En la Casa Betania se desarrolló el encuentro entre el clero de Osorno y representantes de la arquidiócesis de la región de Los Lagos, reunión encabezada por el monseñor Cristián Caro, arzobispo de Puerto Montt, para tratar la contingencia desatada por las palabras del papa Francisco.

El sumo pontífice, aparte de respaldar al obispo Juan Barros, trató de tontos a los osorninos por cuestionar su designación, ante las denuncias de encubrimiento de abusos sexuales que se han vertido en su contra.

Uno de los asistentes a la reunión fue Máximo Llancafilo, sacerdote de la Parroquia San Leopoldo Mandic -proveniente de la facción “capuchina” de la iglesia católica y que no pertenece a la Diócesis de Osorno- quien indicó que como comunidad resiente los efectos de la llegada del sacerdote Barros a la ciudad.

Llancafilo expresó que en la reunión se trató la situación del obispo local, hablándose inclusive de misericordia, lo que para el párroco depende de acciones efectivas ante la complejidad del caso, caracterizado por un mal ambiente en el catolicismo.

En tanto, los laicos organizados continúan realizando acciones en contra del obispo Juan Barros, convocando a las demás comunidades cristianas del país a que en sus respectivas catedrales porten globos negros en las ceremonias eclesiásticas de este domingo, en señal de apoyo a la comunidad católica de Osorno.