En un restaurante futurista del este de China, androides se ocupan de la cocina, mientras que robots con ruedas sirven a los clientes deliciosos ravioles al vapor y verduras fritas.

Este pequeño restaurante, que abrió la semana pasada en Kunshan, en la provincia de Jiangsu, propone platos emblemáticos de la cocina regional, pero, el servicio, no tiene nada de tradicional.

Dos robots dan la bienvenida a la clientela y cuatro pequeños androides llevan luego a cada mesa suculentos platos.

AFP PHOTO / JOHANNES EISELE

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“Mi hija me pidió que fabrique un robot porque quería librarse de los quehaceres domésticos”, explicó a la AFP Song Yugang, fundador del establecimiento.

Fue entonces, al interesarse a la robótica, que se le ocurrió la idea de crear un personal mecánico para su restaurante, incluso para la cocina.

Cada robot le cuesta a Song unos 4.000 yuanes (unos 6.500 dólares), es decir el equivalente de un salario anual de un empleado de carne y hueso.

“Los robots pueden entender una cuarenta de frases y consignas de la vida diaria. Y sobretodo no se enferman, ni piden vacaciones”, dice Song entusiasmado.

Según él, basta con cargar sus baterías dos horas diarias para una autonomía de cinco horas.

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Este restaurante futurista no es el primero en abrir sus puertas en China. Un mesón de Harbin (noreste), con personal 100% robótico, abrió ya sus puertas en 2012.

El precio de la mano de obra en China se ha incrementado de forma significativa en los últimos años, alentando a las empresas del sector a acelerar los procesos de automatización.