La temporada lírica del Metropolitan de Nueva York, que llega a 64 países y se supone a sobre 3 millones de personas, vía satélite, nos ofreció el pasado sábado en el Teatro Nescafé de las Artes, una versión descolorida de la muy popular y cotizada ‘Tosca’ de Giacomo Puccini,, quizá una de las óperas más famosas de todos los tiempos, con una historia centrada en una diva del canto, un pintor muy liberal y un sádico y poderoso jefe de policía con título de barón, quienes forman una trama romántica, intensa, pasional, en torno a un triángulo amatorio, incluso político.

La versión que llegó a unos mil espectadores chilenos, fieles seguidores de este ciclo y, en su mayor parte, profundos conocedores de la obra de Puccini, quines en líneas generales no estuvieron muy encantados ni quedaron conformes con esta ‘Tosca 2013′, partiendo por la producción teatral del director suizo Luc Bondy, con poco gusto y modificaciones que restaron atractivo en escenas claves. La escenografía de Richard Peduzzi, fue considerada por muchos, como oscura y pobre y la conducción musical de Riccardo Frizza, pese a la excelente orquesta y el coro del Metropolitan, no tuvo mayor orientación y no coincidió con la exposición vocal de los cantantes, a quienes en varios pasajes sobrepasó, especialmente en el acto inicial.

La soprano norteamericana Patricia Racette (Manchester, New Hampshire), considerada habitualmente,como una consagrada ‘Tosca’ de gran expresividad y pasión, en esta versión del MET se exhibió con una voz clara, pero con poco color y nada de carisma teatral en su personaje en el primer acto. Eso sí, subió de nivel en el segundo y su ‘Visi d’arte’, resultó impecable. En la escena final del suicidio, hubo exceso de teatralidad y escaso realismo. En líneas generales cumplió, pero sin sobresalir.

El tenor franco siciliano Roberto Alagna, fue quien más lució su voz, especialmente en los actos segundo y tercero. La interpretación de ‘Recondita armonía’ su primera intervención en la obra, fue pasable; luego, su ‘E lucevan le stelle’, en la culminación del acto tercero, fue muy buena, quizás lo mejor de la velada.

El barítono ruso George Gagnidze, como el malvado jefe de policía barón Scarpia, no logró lucir en su intervención del Te Deum del acto inicial, en que mostró grandes dotes teatrales para su temible caracterización, pero esta se vio disminuída por la excesiva potencia que enfatizó la conducción orquestal del maestro Frizza. En general estuvo bien en el manejo de su personaje, pero sus dotes vocales fueron sólo discretas.

El resto del elenco de esta ‘Tosca 2013′, cumplió en un aceptable nivel.