Hay miles de personas que se niegan a celebrar el llamado “Día del amor y la amistad”, ya sea por motivos religiosos, culturales o simplemente porque son una suerte de “grinch de San Valentín”.

El portal web Belelu consignó cinco motivos por los cuales no se debería celebrar este día, siendo el principal de ellos la verdadera historia oculta tras esta festividad.

1. Es una fiesta creada por el consumismo para explotar el mercado de las flores y los chocolates en busca de plasmar durante este día sentimientos que debiesen demostrarse todo el año.

2. Porque el amor no sólo significa tener una pareja.

3. En una sociedad hedonista como la del siglo XXI ¿se cree en el amor realmente?

4. Ser ateo o de una religión diferente al cristianismo.

5. La verdadera historia de San Valentín: La leyenda cuenta que en el siglo III el emperador Claudio II prohibió el casamiento entre jóvenes, debido a que estimaba que los solteros sin familia le servían mejor como soldados.

Frente a esta complicada situación, las parejas enamoradas no disminuyeron y un sacerdote de nombre Valentín continuó casando en secreto a los enamorados.

Cuando el emperador se enteró, llamó al sacerdote al palacio y lo encarceló. En la prisión, su cuidador lo puso a prueba, retándolo a devolverle la vista a su hija Julia. De acuerdo a la tradición cristiana, Valentín aceptó y en nombre de su Dios le devolvió la vista.

Su carcelero, junto a Julia y el resto de esa familia, se convirtieron al cristianismo, pero Valentín continuó encarcelado y el emperador Claudio ordenó que lo ejecutaran el 14 de febrero del año 270 después de Cristo.

Julia, como muestra de agradecimiento, plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba, convirtiendo a aquella flor en un símbolo del amor y en algún momento entre el año 496 y el 498, el Papa Gelasio estableció el 14 de febrero como el día de San Valentín, el santo del amor.

Posteriormente, la idea de intercambiar regalos y cartas de amor nació en Gran Bretaña y en Francia durante la Edad Media, costumbre que adoptaron los estadounidenses a principios del siglo XVIII.