La modernidad con todos sus logros nos ha llevado a alcanzar comodidades como nunca antes había visto el mundo, pero con ello se han incrementado una serie de enfermedades que están fuertemente vinculadas a conductas que adoptamos de forma voluntaria, pero que con el paso del tiempo terminan por pasarnos la cuenta.

Es por ello que el especialista en oncología y conductor del programa “Más Calidad de Vida” de UCV Televisión, doctor Carlos Ferrada, llama a poner la atención en la forma en la que vivimos, en nuestras actitudes y conductas, esto en paralelo a los hábitos que comúnmente se asocian a enfermedades graves como fumar, exponerse a la radiación solar, la contaminación atmosférica, etcétera.

¿Cómo es esto?

Bueno, así como estamos a merced de tóxicos de cualquier tipo como el humo, material particulado, entre otros, también podemos estar conviviendo en ambientes laborales tanto o más dañinos para nuestra salud.

Esto se explica en palabras del especialistas porque “las personas que se encuentran en un lugar que está por debajo de los deseos, entran en un proceso de acostumbramiento a ese nuevo patrón de vida”, ante ello su cuerpo produce mucha hormona (corticoides) para contrarrestar el síndrome “maldito” de la angustia, predisponiéndose significativamente a desarrollar enfermedades como el cáncer o las de tipo coronario, estas últimas las califica como “la epidemia del siglo XXI”.

Vida moderna

Al ser consultado sobre la evidente contradicción entre el aumento de las comodidades y el acceso a la salud versus la proliferación de enfermedades vinculadas al mal estilo de vida, el médico Ferrada lo atribuye a una mala visión del mundo donde “todos los seres humanos sabemos cuáles son nuestras limitaciones, es algo inconsciente”, pero de igual forma buscamos traspasarlas.

Así las personas que desean optar a algo que va más allá de sus posibilidades, desarrollan una personalidad histérica, manipuladora, en una especie de fórmula que busca tapar esa vida desajustada, proceso dentro del cual surge el síndrome que denomina del “miedo” o más conocida bajo el anglicismo de estrés.

Vinculado con el gusto del especialista por la historia, saca a relucir un juicio sociológico de lo que ocurre con la idiosincracia del chileno, donde “durante más de 500 años sufrimos mucho” y hoy, ante perspectivas mejores de vida, tenemos el miedo constante de que al menor traspié volvamos a pasar nuevamente una serie de penurias.

¿Cómo podemos reencaminarnos?

El oncólogo resalta que a la hora de que sus pacientes en estado terminal tienen la certeza de que morirán, dejan de lado todo este tipo de conductas, en una especie de ritual donde “las cosas realmente importantes empiezan a emerger”.

Tanto es así que muchos optan por volver al lugar donde nacieron y buscan tomar contacto con los recuerdos que más le entregaron felicidad.

De ello aconseja sacar lecciones como “rebajar las expectativas que uno se ha puesto para la vida”, además de “reencantarnos con aquello que hacíamos con gusto, darle importancia al juego, a lo inocente, a aquellas cosas que nos hicieron más felices”.

El doctor Carlos Ferrada realizó sus estudios de medicina en la Universidad de Chile, para luego especializarse en Houston, Estados Unidos, en el Hospital M. D Anderson, centro especialista en el tratamiento oncológico.

Una vez que regresó a Chile fue presidente de la Sociedad Chilena de la Cancerología y Jefe del Servicio de Cirugía del Instituto Nacional del Cáncer por cerca de 20 años.

Además a contar del año 2001 lidera un grupo de investigación básica aplicada, que desarrolló una vacuna para el tratamiento del cáncer, logrando resultados relevantes. El que es aplicado preferentemente a personas en estado terminal, aumentando significativamente su expectativa de vida.