El presidente de Barclays, Marcus Agius, anunció este lunes su renuncia para tratar de poner fin al escándalo sobre la manipulación de las tasas interbancarias Libor y Euríbor por el banco británico, cuya reputación sufrió según él un golpe “devastador”.

La entidad prevé hacer una auditoría sobre estas prácticas, que debe desembocar en un informe público y en la publicación de un nuevo código de conducta para sus empleados. Agius, que preside el consejo de administración desde hace casi seis años, permanecerá por el momento en el cargo hasta que se encuentre un reemplazante, precisó Barclays.

“Los acontecimientos de la semana pasada pusieron en evidencia comportamientos inaceptables en el banco y asestaron un golpe devastador a la reputación de Barclays”, afirmó Agius.

El miércoles pasado, Barclays anunció que iba a pagar 290 millones de libras –aproximadamente 360 millones de euros, 450 millones de dólares– para poner fin a las investigaciones de las autoridades británicas y norteamericanas sobre intentos de manipulación de las tasas interbancarias Libor y Euribor.

Esas tasas definen el precio al que los bancos se prestan dinero, pero también indirectamente los precios de los créditos para las familias y las empresas. Este caso tuvo una gran repercusión en Gran Bretaña y el director general de Barclays, el norteamericano Bob Diamond, está convocado el miércoles próximo ante una comisión parlamentaria británica para dar explicaciones y precisar qué sabía de dichas prácticas.

Este ejecutivo estadounidense, muy impopular porque se convirtió en el símbolo de los excesos de las finanzas en Gran Bretaña, sigue bajo presión después de la renuncia de Agius.

El líder de la oposición laborista británica, Ed Miliband, consideró el lunes que se necesita “un cambio de dirección más amplio, incluyendo al director general, Bob Diamond”, quien “era responsable del polo de Barclays donde tuvieron lugar esos escándalos hace varios años”.

El fin de semana pasado varias personalidades exigieron en Gran Bretaña que la ley sea más severa para que los banqueros sin escrúpulos respondan de sus actos ante la justicia. El Gobierno ya anunció el sábado que el funcionamiento del Libor será analizado por una instancia independiente.

Pero es muy probable que el escándalo no se quede ahí y que se extienda a otros bancos, pues se han abierto investigaciones en varios continentes por la eventual manipulación de las tasas Libor (británica) y Euríbor (europea). El británico Royal Bank of Scotland, objeto de esas investigaciones, echó a cuatro de sus operadores a finales de 2011 por su presunta implicación en manipulaciones.

Este nuevo caso aumenta la impopularidad del sector bancario británico, regularmente criticado por las astronómicas primas que paga a sus dirigentes y que ya fue encontrado culpable de varios incumplimientos. El último de ellos fue revelado el viernes pasado. La autoridad de los mercados financieros descubrió las malas prácticas de cuatro grandes bancos del país en la comercialización de productos financieros más o menos complejos a empresas pequeñas y medianas.