El Senado de Estados Unidos se dispone a ratificar este miércoles el tratado de reducción de armas nucleares con Rusia (START por su sigla en inglés), otorgando al presidente Barack Obama una importante victoria diplomática.

“Estamos a punto de escribir el próximo capítulo de la historia de 40 años de lucha contra la amenaza de las armas nucleares”, dijo el titular del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el demócrata John Kerry.

Kerry se expresó así luego de que la cámara cerrara el martes el debate sobre el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START) por 67 votos contra 28, allanando el camino para su ratificación.

“Este tratado hará más seguro a Estados Unidos y restaurará nuestro liderazgo en materia de esfuerzos mundiales para parar la proliferación nuclear”, estimó de su lado el jefe de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, en un comunicado.

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el vicepresidente, Joe Biden, realizaron el martes una visita al Capitolio tras siete días de debates, a menudo amargos, y semanas de tejes y manejes para conseguir los votos.

Once republicanos se desalinearon de los líderes partidarios que buscaban propinar a Obama una aplastante derrota, suficientes para reunir la mayoría de dos tercios necesaria para ratificar el tratado.

Los demócratas controlan actualmente 58 escaños de 100 en el Senado estadounidense. Hacen falta otros nueve votos para alcanzar los dos tercios (67) necesarios para la ratificación.

“El asunto no es si va a ser aprobado, sino cuándo”, dijo el senador republicano Bob Corker, que apoya el tratado y jugó un papel clave en la obtención de los votos.

Obama ha hecho del START un mojón de sus esfuerzos para “reiniciar” las relaciones con Rusia, y lograr la cooperación de Moscú para confrontar el programa nuclear de Irán y su respaldo en la guerra de Afganistán.

Los líderes republicanos, envalentonados con su victoria en las elecciones de medio mandato del 2 de noviembre que les otorgó una mayoría en la Cámara de Representantes y aumentó su presencia en el Senado, habían buscado bloquear el tratado con enmiendas.

El START, firmado por Obama y su homólogo ruso, Dimitri Medvedev, en Praga en abril pasado, reduce sendos arsenales a un máximo de 1.550 ojivas nucleares cada uno, un recorte del 30% respecto al límite establecido por el tratado de Moscú de 2002, y verificaciones mutuas más transparentes.

El acuerdo permite asimismo el regreso de los inspectores estadounidenses a monitorear el arsenal ruso, algo que no habían podido hacer desde la expiración del tratado anterior en diciembre de 2009.

La Duma, Cámara de Diputados de Rusia, había indicado que solo ratificaría el START después que lo hiciera el Senado estadounidense, y que podía hacerlo antes de fin de año si así se hacía en Washington.

Una fuente parlamentaria rusa dijo a la agencia Interfax que “si el START pasa exitosamente su audiencia congresal en Estados Unidos, no hay obstáculos para que sea sometida a discusión el 24 de diciembre, el último día de la sesión del otoño (boreal)”.