El Vaticano recordó el domingo que se opone a la pena de muerte, a propósito del caso de la condena a lapidación de la iraní Sakineh Mohammadi Ashtiani, y afirmó que intercede ante las autoridades de Irán “por vía diplomática” y no públicamente, indicó su portavoz.

Benedicto XVI

Benedicto XVI

“Le Santa Sede sigue este caso con atención e implicación”, declaró el padre Federico Lombardi en “una respuesta a las preguntas de los periodistas”, entre ellos uno de la AFP, transmitida a la prensa el domingo.

“La posición de la Iglesia, opuesta a la pena de muerte, es conocida, y la lapidación es una forma particularmente brutal”, dijo.

No obstante, la intervención de la Santa Sede “sobre las cuestiones humanitarias ante autoridades de otros países” se realiza habitualmente “no de forma pública, sino a través de los canales diplomáticos”.

En efecto, el papa Benedicto XVI no hizo ninguna alusión al asunto este domingo durante la plegaria del ángelus.

Sakineh Mohammadi Ashtiani, acusada de adulterio y complicidad en la muerte de su marido, fue condenada a muerte por lapidación en 2006. La condena desencadenó una gran campaña internacional destinada a evitar su ejecución.