“Y aunque he aprendido a perdonar a Paris, nunca me he recuperado del todo. Pudo haber hecho otras 10.000 elecciones esa noche y nunca entenderé por qué hizo lo que hizo. Mi hijo es un depredador, pero si pasara toda mi vida odiándolo, ¿de qué serviría eso? No puedo adivinar el pasado. Nadie puede”

Así describe Charity Lee, una mujer oriunda de Texas, los sentimientos hacia su hijo mayor, Paris, quien cuando tenía 13 años asesinó a su hermana Ella, de sólo 4.

A casi 11 años del fatal episodio, la mujer contó su historia al portal Good Housekeeping y en un documental llamado The Family I Had (La familia que tuve) estrenado en diciembre pasado en el canal Investigation Discovery.

“Odio el fútbol Y realmente odio el domingo del Super Bowl. Fue el 4 de febrero de 2007, poco después de que los Colts de Indianápolis derrotaran a los Chicago Bears, cuando mi mundo se oscureció. El juego terminó y acabábamos de cerrar el (restaurante) Buffalo Wild Wings donde trabajaba en Abilene, Texas, cuando tres policías tocaron la puerta del restaurante. Hablaron con mi gerente antes de caminar hacia mí. Podía escuchar mi corazón latir a medida que se acercaban”, comenzó relatando la madre.

Charity explicó que se encontraba en su trabajo cuando se enteró de lo que había ocurrido en su casa, donde estaban sus hijos y una niñera, que abandonó sus labores antes de la hora acordada.

“Un oficial me sentó y me explicó que algo le había sucedido a mi hija de 4 años, Ella. Empecé a gritarle que me llevara con ella. ‘No, no podemos’, dijo. ‘Ella ha sido asesinada"”, relató.

“Las palabras no tenían sentido, así que las repetí para mí: Ella ha sido asesinada. Me desmayé. Cuando desperté, le pregunté si mi hijo mayor, de 13 años, París, también estaba muerto. ‘No, está vivo y en la estación de policía, pero no lo puedes ver porque no ha preguntado por ti’. ‘¿De qué diablos estás hablando?’, le grité. ‘Soy su madre, por el amor de Dios. ¡Llévame a él!’. (Y el policía respondió) ‘Señora, no podemos hacer eso. París fue quien asesinó a Ella"”, recordó Charity.

Paris y Ella | Charity Lee
Paris y Ella | Charity Lee

El contexto

“Perdí a mis dos hijos ese domingo del Super Bowl. Paris fue arrestado y, 6 meses después, sentenciado a 40 años de prisión. Está en la Unidad de Ferguson en el condado de Madison, Texas, donde lo visito cada dos o tres meses y donde probablemente se mantendrá hasta los 40 años. Mi primer hijo, mi primer amor es un depredador”, lamentó la madre.

Charity ha buscado respuestas no sólo indagando en la mente de su hijo, sino que también en su propio contexto familiar e incluso ha revisado su propio pasado oscuro.

“Podríamos decir que fui ‘salvaje’ cuando crecí en Atlanta. Para cuando tenía 17 años, estaba drogada con heroína, y seguiría luchando contra la adicción durante años. Me gradué de la escuela secundaria con honores y fui a la Universidad de Tennessee para estudiar ecología humana, lo cual, mirando hacia atrás, es irónico”, expresó.

“Lo que hace que la gente trabaje y lo que los hace funcionar siempre me ha fascinado. Soy de la opinión de que para entender a una persona, también debes entender el contexto o el entorno en el que crecieron”, añadió.

Charity dijo que aunque se rehabilitó durante un tiempo se le hizo muy difícil vivir sin drogas. “Consideré la sobredosis para terminar con mi vida, pero luego, durante mi segundo año de universidad, descubrí que estaba embarazada de Paris. Finalmente tuve algo por lo que vivir, algo que esperar, y aprendí a ser feliz”.

“Él era un bebé hermoso. Recuerdo haber sentido el amor más profundo que puedas imaginar cuando nació en octubre de 1993. Pensé que no dejaría que nada ni nadie le hiciera daño a este niño”, indicó.

Charity y Paris | Charity Lee
Charity y Paris | Charity Lee

“Su padre no tenía mucho, pero cuando vino a conocer a París a la edad de 16 meses, se me hizo claro que algo andaba mal con él. Ese año, descubrimos que a su padre le diagnosticaron esquizofrenia paranoide. Por el bien de nuestro hijo, decidí cortar el contacto con él”, comentó.

“Trabajé en trabajos ocasionales para mantenerme mientras estaba en la universidad y confié en el apoyo financiero de mi familia. Mi madre cuidó a mi hijo cuando necesitaba ayuda. Era joven, recién rehabilitada, trabajaba, iba a la escuela y sentía que mi vida se basaba en muchas condiciones. Fue un tiempo caótico”, reveló.

“Me gradué de la universidad con mi título de ecología humana, con una concentración en el desarrollo infantil y familiar. En los años siguientes, me encontraría con el padre de Ella y quedaría embarazada de nuevo. Di a luz a Ella naturalmente, en casa. Cuando la sostuve por primera vez, tuve una abrumadora sensación de amor protector y orgullo por mi niña”, afirmó.

“Paris amaba a Ella también. ¿Cómo no podría? Ella era introvertida, pero extremadamente obstinada, de fuerte carácter, segura de sí misma y bromista. Estaba obsesionada con la Era del Hielo e insistió en ver la misma escena, aquella en la que los personajes bajan por un tobogán de hielo, una y otra vez. Paris y yo solo la mirábamos y le decíamos, Dios mío, ¿cuántas veces puede hacer esto?”, agregó.

La mujer cuenta que ella y sus hijos vivían con su madre en Seymur, Texas, y en ese momento recayó en las drogas. “Cuando tuve una recaída de cocaína durante un período de 6 meses. Paris tenía 11 años. A pesar de que no la consumía todos los días, él se acercó para cuidar a Ella”

Primeros indicios violentos en Paris

“Paris era un niño increíblemente inteligente. Era artístico, creativo, y nunca mostró tendencias violentas o perturbadoras, hasta un día en 2005”, aseguró Lee.

“Nunca, en ningún momento, tuve ninguna indicación de que él pudiera matar. Ella y su tía, mi hermana, jugaban con un palo afuera. Paris lo tomó, y cuando lo exigieron de vuelta, él lo destruyó. Las chicas estaban muy molestas, así que le dije a Paris que entrara. Él reclamó y se alejó. Lo siguiente que supe fue que el ama de llaves de mi madre entró corriendo y me dijo que Paris había huido con un cuchillo. Lo perseguimos por la calle, lo arrinconamos y comenzó a llorar. Soltó el cuchillo y cayó al suelo. Lo llevamos a un hospital privado”, contó la mujer.

Charity relató que su hijo estuvo retenido una semana en el centro tras ese primer indicio. “Fue retenido allí por una semana. Cuando llamé y pregunté qué estaba pasando con él, no obtuve respuesta. Decidí llevarlo a casa, y parecía estar bien. Por supuesto, tuvimos nuestros problemas: era un adolescente y yo me mantenía sobria, pero Paris nunca amenazó con lastimarme ni a mí ni a nadie más. Sinceramente, estaba más preocupado de que se lastimara a sí mismo. Nunca, en ningún momento, tuve ninguna indicación de que él pudiera matar”, indicó.

La fatídica noche

“Luego, en ese domingo del Super Bowl de 2007, se desató el infierno. Estaba llegando tarde al trabajo y Ella estaba en la bañera, bajo la supervisión de una niñera. Ella me pidió que le diera un beso de despedida. ‘¡Solo un beso más, mamá, solo una vez más!’, me dijo. Seguí besándola. Es mi último recuerdo de Ella”, recordó Charity.

“Paris estaba enojado conmigo. Acababa de gastar todo su dinero en camisetas y zapatos en el centro comercial, así que lo regañé. Estaba tratando de enseñarle sobre el presupuesto. Estaba enojado en la esquina cuando me fui, pero lo besé en la mejilla, sin embargo, y le dije: ‘Sé que estás enojado conmigo, pero superaremos esto"”, añadió.

La madre se fue a su trabajo a eso de las 16:30 horas de ese día, sin imaginar como terminaría la jornada. “Esa noche, la niñera salió de nuestra casa sin mi consentimiento. En su ausencia, Paris golpeó e intentó estrangular a Ella. Finalmente la apuñaló 17 veces con un cuchillo. Ella murió, pero no rápidamente, como luego descubriría. Y después de que asesinó a Ella, Paris llamó al 911 por sí mismo”.

Más tarde, Charity tuvo acceso a la cinta de la llamada al 911 y esto decía:

“París: “Accidentalmente maté a alguien”.

Operador 911: “¿Accidentalmente mataste a alguien?”

París: “No, sé que lo hice. A mi hermana”.

Operador 911: “¿Está ella respirando?”

Paris: “No, no lo está haciendo, me siento tan mal”.

Paris: “Está sangrando por toda esta cama, porque la apuñalé”.

Operador 911: “¿Dónde la apuñalaste?”

París: “En muchos lugares”.

“Cuando los oficiales llegaron al (restaurante) Buffalo Wild Wings para dar la noticia, un policía se ofreció a llevarme a casa, pero me negué. Manejé yo misma. En casa, una oleada de patrullas ya habían llegado y los medios comenzaron a rodearme. Esperé frente a la casa, helada, para que los oficiales sacaran a Ella”, recordó.

“Finalmente, después de 6 horas, el forense se la llevó. Ella estaba en una bolsa para cadáveres que estaba cerrada hasta el mentón y le salió sangre por la boca. Tenía una gran contusión en la frente donde la habían golpeado. Empecé a gritar: ‘Lo siento mucho por no haber estado ahí’. El sol estaba comenzando a salir. En ese momento, le hice una promesa a Ella de que algo significativo saldría de su muerte”.

Paris actualmente en la cárcel
Paris actualmente en la cárcel

Cuatro horas más tarde, Charity dice que fue a la oficina del Fiscal del Distrito. “Estaba mirando a mi hijo, preguntándome por qué había hecho esto. Se había sentado en una silla en el fondo de la habitación cuando me miró. ‘Solías decir que nunca serías capaz de matar a nadie a menos que lastimaran a uno de tus hijos’, me dijo. ‘Apuesto a que no pensaste que iba a ser así’. Estaba muerta de miedo por él”, reconoció.

“El fiscal del distrito quería que Paris se declarara no culpable, pero ¿de qué le habría servido eso? Quería llevar a Paris a una institución mental donde él, como menor de edad, pudiera obtener ayuda. Pero la fiscalía quería asegurarse de que Paris recibiera la sentencia máxima. Le dieron 40 años de prisión. Primero fue a un centro juvenil y luego, cuando cumplió 19 años, se decidió durante una audiencia de transferencia que sería enviado a una prisión para adultos, donde se encuentra ahora”, reveló la mujer.

Lee explicó que “después de su arresto, Paris fue diagnosticado con un trastorno de conducta, el único diagnóstico de personalidad que se le puede dar a un menor. Cuando ya tenía 15 años, contraté a un psicólogo que confirmó que tenía rasgos psicópatas moderados, o rasgos insensibles y sin emociones”.

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“Sólo cuando comprendí lo que Paris era -un depredador- pude perdonarlo. Por ejemplo, si estoy nadando en un hermoso océano, divirtiéndome, y aparece un tiburón y me muerde la pierna, con suerte no pasaría el resto de mi vida odiando a ese tiburón. Con suerte, entendería que los tiburones son lo que son. Y, para bien o para mal, París es un tiburón. Si quieres ponerte a odiar al tiburón, no llegarás muy lejos. Y en un esfuerzo por perdonar al tiburón, debes descubrir qué hace funcionar al tiburón. Esa ha sido mi forma de pensar desde la universidad, cuando estudié ecología, y así es como pienso sobre mi hijo ahora”, afirmó.

Charity Lee
Charity Lee

Una pequeña esperanza

“En junio de 2013, di a luz a mi tercer hijo, un niño llamado Phoenix. Conocí a su padre después de que Ella murió, pero él no quería ser padre y no quería negociar o comprometerme cuando se trataba de mis hijos. Entonces, somos sólo nosotros, Phoenix y yo. Su nombre simboliza un nuevo comienzo, que nos queda muy bien. Paris le escribe cartas a Phoenix, que quiere que le entregue cuando cumpla 12 o 13 años. Pero cuestiono que la persona que mató a mi hija le hable a mi hijo. Nunca me sentiré cómodo con Paris, y nunca olvidaré lo que le hizo a Ella”, admitió Charity.

Además, la madre volcó su dolor a la creación de una fundación en honor a su hija. “No mucho tiempo después de su muerte, comencé la Fundación ELLA, una organización sin fines de lucro para prevenir la violencia y abogar por los derechos humanos a través de la educación, la reforma de la justicia penal y la defensa de las víctimas. Ahora soy una oradora pública que viaja por el país para hablar sobre la maternidad, la pena de muerte, el encarcelamiento en masa, el perdón y la empatía”

“Y aunque he aprendido a perdonar a Paris, nunca me he recuperado del todo. Pudo haber hecho otras 10.000 elecciones esa noche y nunca entenderé por qué hizo lo que hizo. Mi hijo es un depredador, pero si pasara toda mi vida odiándolo, ¿de qué serviría eso? No puedo adivinar el pasado. Nadie puede”