Como una medida que busca proteger el medioambiente, Francia creó una inédita ley llamada “anti-Shein” para frenar el impacto de la moda ultrarápida (fast fashion), apuntando directamente a empresas como Shein y Temu, pero que no afectarían a marcas como H&M o Zara.
En concreto, la medida busca sancionar a las empresas que comercializan prendas de baja calidad a precios mínimos y en cantidades masivas, afectando tanto al medioambiente como a la industria textil local, afirma el medio local France24.
La ley aún debe ser revisada por una comisión mixta y notificada a la Comisión Europea. Sin embargo, representa el intento más ambicioso en Europa para frenar el avance de este modelo de consumo acelerado.
Francia aprueba ley “anti-Shein” contra el fast fashion
El proyecto de ley “anti-Shein” impondrá sanciones más estrictas a las empresas de moda rápida mediante una “puntuación ecológica” en función de factores como emisiones, reciclabilidad o materias primas, que afectará a todas las empresas de fast fashion.
Los que obtengan las puntuaciones más bajas serán gravados con hasta cinco euros (casi $5.500) por producto en el 2025 y hasta 10 euros en 2030 (cerca de $11.000). Eso sí, el mencionado impuesto no podrá superar el 50% del precio del producto original. Además, se prohibirá su publicidad y se multará a influencers que las promocionen sin informar sobre su impacto ambiental.
La llamada fast fashion es todo un problema en ciertos países. En Francia, cada año se lanzan al mercado unas 48 prendas de vestir por persona y cada segundo se desechan 35, mientras que entre 2010 y 2023, el valor de este mercado creció en casi 1.000 millones de euros, según la agencia estatal de medio ambiente, ADEME.
Al respecto, la ministra de Transición Ecológica de Francia, Agnès Pannier-Runacher, calificó a esta industria como una “triple amenaza”, porque dice que fomenta el sobreconsumo, daña el entorno y pone en riesgo a los productores locales.
¿Qué pasa con marcas como Zara y H&M?
La norma diferencia la “ultra fast fashion” de la “fast fashion clásica”, para evitar algún tipo de daño a marcas europeas, pero las limita para mantenerse dentro del encuadre de la ley, para evitar los mencionados impuestos por prenda.
En el 2024, las dos primeras marcas en las que los franceses se gastaban su dinero fueron Temu y Shein, indica una nota de Reuters. Además, “muchas marcas locales han cerrado o entrado en crisis financiera al no poder competir con los precios bajos de estas empresas”, afirma una nota de Novethic en Francia.
Por su parte, Pannier-Runacher agregó que el objetivo de la ley “anti-Shein” es no perjudicar a las empresas que aún mantienen cierto vínculo con la economía francesa. Esto ha generado acusaciones de proteger intereses comerciales por sobre el verdadero espíritu ecológico de la ley.