Este martes, el diario inglés The Guardian reveló diversas fotos que muestran a soldados australianos bebiendo cerveza desde la pierna ortopédica de un soldado talibán muerto durante una misión en Afganistán. El hecho habría ocurrido hacia 2009.

En este sentido, el periódico mostró dos imágenes que muestran a los militares realizando esta acción, mientras posan para la cámara y aparentemente ríen.

De acuerdo al informe, el hecho ocurrió en un lugar llamado ‘Fat Lady’s Arms’, una especie de bar clandestino creado por la base militar de las fuerzas especiales australianas ubicadas en la ciudad de Tarin Kowt hace unos 11 años.

Desde el periódico describieron que en una de las imágenes el soldado bebe desde la pierna, mientras que en la segunda ambos parecen estar bailando en torno a ella.

The Guardian

A eso agregaron que el talibán murió durante un ataque perpetrado contra dos instalaciones y un complejo de túneles en la zona de Kakarak, en la región de Uruzgán. Todo aquello ocurrió durante abril de 2009.

En este sentido, un militar que en ese entonces prestó servicios en Afganistán reconoció aquellos hechos, asegurando que el grupo llevaba aquella prótesis a cualquier lugar donde fueran.

“Dondequiera que el Fat Lady’s Arms se estableciera, entonces allí es donde la pierna se guardaba y usaba ocasionalmente para beber de ella”, afirmó el hombre, que no dio a conocer su identidad.

Sin ir más lejos, aquella fuente sostuvo que los oficiales a cargo de la misión estaban en conocimiento de aquellas prácticas, y que incluso participaron en ellas en varias ocasiones.

The Guardian

Hay que señalar que, en noviembre pasado, un director de la Fuerza de Defensa de Australia llamado Paul Brereton presentó los resultados de un informe sobre asesinatos contra personas “no combatientes” ocurridos entre 2005 y 2016, los cuales ocurrieron en Afganistán.

Aquel estudio determinó que existieron 39 casos de ejecuciones delictivas, de las cuales se identificó a 25 militares que estuvieron relacionados con los hechos.

Todo esto fue calificado por el jefe de la FDA, Angus Campbell como: “Posiblemente el episodio más vergonzoso en la historia militar de Australia”.