Nueve soldados australianos, incluyendo a una mujer, se han suicidado durante las últimas tres semanas, tras la revelación de reportes sobre crímenes de guerra durante el despliegue de tropas en Afganistán.

Shane Holt, el único de los fallecidos que estuvo en Afganistán, dejó atrás a su pareja y un hijo de 3 años. Formó parte desde 2011 como soldado de infantería en el Regimiento Real Australiano, siendo desplegado en Afganistán en 2015.

Los delitos fueron reportados tras una investigación de 4 años, cuyo contenido fue admitido por el Ejército del país oceánico.

Fue el jefe de las Fuerzas de Defensa de Australia, el general Angus Campbell, quien admitió la existencia de una cultura “destructiva” de impunidad entre las fuerzas especiales que condujo a una serie de presuntos asesinatos y encubrimientos que duraron años.

“Algunas patrullas hicieron caso omiso de la ley, infringieron reglas, se inventaron historias, se contaron mentiras y se mató a prisioneros”, admitió el general Angus Campbell, quien presentó sus “sinceras disculpas y sin reservas” al pueblo afgano.

“Este balance vergonzoso incluye supuestos casos en los que nuevos miembros de patrulla fueron obligados a disparar contra un prisionero para efectuar su primer asesinato, en una práctica espantosa conocida como ‘sangría"”, explicó Campbell.

Las tropas de combate australianas abandonaron oficialmente el país en 2013, pero han surgido relatos sobre la conducta de las unidades de fuerzas especiales de élite, desde informes de tropas que mataron a un niño de seis años en una redada en una casa hasta el presunto asesinato de un prisionero a tiros para ahorrar espacio en un helicóptero.

Sin precedentes

Según reportó el Daily Mail, se cree que el estrés luego de las revelaciones tuvo incidencia en los suicidios de los uniformados de entre 20 y 50 años, aunque sólo uno de ellos, el soldado raso Shane Holt, participó del conflicto bélico en cuestión.

Sin embargo, el gran número de casos en tan poco tiempo -menos de 3 semanas- no tendría precedentes, y se da en el contexto de tensión por el informe. A lo largo del año, al menos 56 veteranos de guerra australianos se han quitado la vida en total, mientras que en 2019 se reportaron 40.

Se desconoce por el momento cuántos intentos de suicidio se han registrado en ese período.

“Creo que algunos de los reportes de los medios sobre los supuestos crímenes de guerra han estado pintando a todos del mismo color, y la gente parece olvidarse de la inocencia hasta que se demuestre lo contrario, y eso añade estrés adicional”, sostuvo ante The Advertiser el activista por la salud mental de los exsoldados y veteranos, Neil Wallace.

Por su parte, el especialista Colegio de Psiquiatras Real Australiano y de Nueva Zelanda, John Allan, afirmó que el reporte “ha resultado en un fuerte foco y escrutinio del personal militar”, destacando sin embargo que “asegurar justicia, rendimiento de cuentas y transparencia para las víctimas y las familias por los presuntos crímenes de guerra es crítico”.