No es normal estar encerrados en casa por un largo periodo de tiempo. Y ciertamente no es el panorama más entretenido.

No obstante, no debiese ser tan terrible… al punto de gatillar problemas serios en nuestra salud mental, física o en la relación con quienes vivimos.

Si es así, entonces hay varias cosas que estás o están haciendo mal, pero que se pueden corregir a modo de llevar un aislamiento social más ameno.

Para lograrlo, en base a su experiencia, en conversación con algunos expertos y de acuerdo a la literatura en la materia, la sección Buena Vida de diario El País de España recolectó una serie de comportamientos que pueden estar afectando de sobremanera tu confinamiento y qué hacer para remediarlo.

A continuación conoce el listado

1. Solo hablar de la pandemia

A juicio de la publicación, y pese a que el patógeno es conversación obligada estos días, hace muy mal solo hablar acerca de la pandemia.

“Está claro que la urgencia de la situación hace que esté muy presente”, dijo al matutino Timanfaya Hernández, directora de THPsicólogía y docente en la Universidad Rey Juan Carlos.

“Pero debemos buscar otros temas de conversación. Centrarnos en este produce una sobrecarga y lo único que va a hacer es aumentar nuestros pensamientos y, por tanto, nuestras emociones negativas al respecto”, explicó.

2. Noticias sin parar

Otro comportamiento reprochable es consumir contenido noticioso sin parar, de acuerdo a la misma Organización Mundial de la Salud (OMS).

“Un flujo casi constante de noticias sobre un brote puede hacer que cualquiera se sienta ansioso o angustiado (…). Busque actualizaciones de información y orientación práctica en momentos específicos durante el día por parte de profesionales de la salud y el sitio web de la OMS y evite escuchar o seguir rumores que le hagan sentir incómodo”, señaló el ente mundial en un informe.

Robin Higgins en Pixabay
Robin Higgins en Pixabay

3. No ser solidarios

Puede que individualmente coseche frutos temporales, pero no ser solidario solo puede jugar en contra desde una perspectiva más amplia.

Aquello se puede ver reflejado en las personas que acaparan grandes cantidades de productos para el hogar o alimentos, siendo que todos tenemos las mismas necesidades producto del aislamiento.

Otro ejemplo de aquello serían las personas que haciendo filas en el supermercado buscan “colarse” o saltarse el orden para poder dejar con mayor rapidez los centros comerciales.

Pero, en la opinión de Hernández, eso es algo natural: “en tiempos de crisis salen instintos muy primarios que tienen que ver con la pura supervivencia. Y uno de ellos es que dejo de mirar tanto al prójimo”, sostuvo.

“Debemos recordar que lo que nos hace humanos es la capacidad de racionalizar. Seamos conscientes de que estamos bien abastecidos y de que es tiempo también para la solidaridad y pensar en el otro”, indicó.

4. Descuidar la higiene personal

Un sábado o domingo, luego de una semana agotadora, tal vez muchos no pasan por la ducha, no se levantan durante todo el día, posponen el lavado de dientes u otras acciones como afeitarse. Allí se entiende, pero en este contexto es pésimo.

Aunque no nos vea nadie, o solo nuestros más cercanos, este tipo de acciones deben realizarse con la misma frecuencia que previo a la pandemia.

La Fundación de Salud Mental del Reino Unido, en un apartado especial para la vida en prisión, cataloga como fundamental el construir una rutina de higiene regular, la que “puede ayudar a dar consistencia a la vida” en un ambiente de encierro.

5. Quedarnos nuestros temores para nosotros mismos

No hablar acerca de qué es lo que nos preocupa también influye de manera negativa en nuestro aislamiento.

“Hablar con alguien que está experimentando la misma situación puede ayudar a sentirse menos aislado y más apoyado”, afirma el mismo documento británico para la vida en la cárcel, lo que puede aplicarse a este contexto.

6. Negatividad

Ser negativo es malo en cualquier época, pero ahora puede tornarse peor.

“Esto puede llevar a sentirse ansioso, culpable o enojado”, establecieron en el reporte británico citado con anterioridad.

“El pensamiento negativo puede volverse habitual y, con el tiempo, conducir a la depresión o convertirse en una barrera para realizar cambios y mejoras en nuestras vidas”, señalaron.

Si quieres dejarlo atrás, debes ser más consciente de ti mismo. “Intente identificar y comprender de dónde provienen los pensamientos negativos (…). Las declaraciones positivas pueden alentarnos a enfrentar situaciones difíciles. Intente crear una lista de frases positivas que pueda usar”, agregaron en el escrito.

7. Relajarse a la fuerza

Para llevar un mejor encierro hay que procurar estar relajados, aunque no obligadamente.

Por ello, y para potenciar este estado, la psicóloga Hernández recomienda llevar a cabo técnicas de relajación que reduzcan nuestros estados de preocupación.

8. Beber, comer o fumar demasiado

No porque no podamos salir significa que tenemos que comer, beber o fumar a destajo para matar el tiempo o luchar contra nuestra ansiedad o aburrimiento.

Solo entregarán placer momentáneo, aunque sus consecuencias pueden ser más profundas y negativas.

“No hay duda de que el alcohol y otras drogas harán que las personas se sientan mejor a corto plazo”, sostuvo Chris Palmer, psiquiatra y profesor asistente de la Universidad de Harvard.

“Sin embargo, si esta pandemia persiste durante un largo período de tiempo, o si esta recesión económica continúa, es previsible que algunas personas desarrollen un problema con el consumo de alcohol o drogas”, advirtió.

9. No hacer deporte

Sumado a lo anterior, el sedentarismo de una vida centrada en el no poder salir de casa solo empeora un confinamiento mal llevado, por lo cual se aconseja hacer deporte.

“Además de divertido, nos mantendrá en forma y aumentará las sustancias estimulantes de nuestro cuerpo que nos hacen sentir bien. Reduce los síntomas de depresión y ansiedad, mejora el funcionamiento de nuestro cerebro, activa nuestro cuerpo y aumenta la sensación de bienestar”, estipuló el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid.

10. No ser creativos

Que la rutina de una vida en cuarentena no te haga caer en patrones repetitivos de comportamiento.

Y si bien no se trata de inventar la pólvora o redefinir algún campo del conocimiento humano, Hernández invita a partir con cosas cotidianas, como cocinar un plato diferente, reorganizar algo o modificar la decoración de la casa.

“La creatividad nos ayuda a adaptarnos de forma positiva a esta situación y a generar herramientas para poder seguir adelante”, dijo la profesional.

11. Improvisación

El ser humano necesita rutinas y todas ellas se han visto seriamente afectadas por la pandemia.

Pero tampoco es recomendable dejar todo lo que solíamos hacer antes sujeto a la improvisación.

En esa línea, se recomienda programar lo que se pueda, como una lista de supermercado que nos ayude a no tener que salir con frecuencia por más provisiones.

12. Cuestionar el aislamiento

Sí, llevamos mucho tiempo con llamados a quedarnos en casa, pero la situación lo requiere y nadie sabe por cuánto tiempo más puede que se extienda.

Como la enfermedad sigue avanzando, con todas las medidas que se han dispuesto para frenarla, un colectivo de psicólogos madrileños comunicó que cuestionar el aislamiento no trae ningún fruto.

“Entender que permanecer en casa es lo más correcto es imprescindible. Debe ser una idea constante en nuestro pensamiento y en las conversaciones con quienes nos acompañan en casa (…). La situación depende mucho de nosotros mismos. Ser honestos y cumplir con las recomendaciones es ahora, casi, nuestra principal responsabilidad, señalaron.

13. No saber gestionar los problemas de convivencia

La publicación ocupó un consejo del conocido marinero Andoni Etxarri para afirmar que los problemas con las personas que compartimos nuestra cuarentena deben ser solucionados, no puestos debajo de la alfombra… al menos en una primer instancia.

“No los evites, soluciónalos (los conflictos familiares). Habla con tu pareja. Si el problema de convivencia verdaderamente no tiene solución, hay que pasar al plan B: déjalo estar. El aislamiento siempre acaba y entonces llega la solución”, escribió el hombre, acostumbrado a los viajes en alta mar, en su cuenta de Twitter.

Ashish Choudhary en Pixabay
Ashish Choudhary en Pixabay

14. Sueño

Alterar tus ciclos de sueño en una situación como esta es normal, aunque debes hacer todo lo posible por minimizar las modificaciones en la duración de tu descanso.

Desde el Centro del Sueño de Clínica Santa María, la neuróloga Catalina Torres señaló que es importante tomarlo con calma y concretar medidas como mantener horarios.

“Mantener una hora fija en la mañana es súper importante y levantarnos. Recibir luz en la mañana es súper importante”, partió.

Además, sugirió disminuir la cantidad de estimulantes que se ingieran durante el día, como café, té, mate y bebidas de fantasía.

“Tratar de suprimir las siestas o que sean breves, cerca de la hora del almuerzo, no tan en la tarde noche”, agregó.

Finalmente, la especialista señaló que si ya estamos en la cama, pasa un tiempo prudente y seguimos sin poder dormir, “es mejor levantarnos, no quedarnos rumiando en la noche”.

15. Contar los días que se acabe el encierro

De acuerdo a El País, contar los días para que se acaben las medidas de aislamiento solo te puede traer agobio, sobre todo teniendo en cuenta que aquello es relativo y que la emergencia no vino con fecha de término detallada.

“Plantéate que vas a volver a la normalidad en más tiempo del previsto. Si te mentalizas en que todo acaba el 1 de abril y luego se alarga al 5, esos cuatro días son un infierno. A la contra, no sucede. Si te mentalizas que regresas el 5 y al final es el 3, esos días son un regalo”, relató el marinero Andoni.

16. No llevar a cabo actividades intelectuales

Volvemos al mundo de la cárcel: según la Inspección de Prisiones del Reino Unido, un recluso que realiza actividades intelectuales generalmente tiene “mejor humor y autoestima, así como niveles reducidos de estrés y ansiedad”.

Es decir, mucho ejercicio, recetas, videos, series y videollamadas pueden jugar en contra si es que no se ejercita la parte intelectual a través de la lectura, la escritura, la pintura e incluso tocar algún instrumento.

17. No saber combatir la claustrofobia

Si no te gusta estar encerrado en espacios pequeños, una cuarentena puede ser la real definición de infierno.

No obstante, para estos casos, el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido aconseja concentrarse “en algo que no sea amenazador y visible”, teniendo en cuenta que los pensamientos y sensaciones atemorizantes son síntomas de un ataque de pánico.

18. No reservar tiempo para uno mismo

Dedicar tiempo para uno mismo puede sonar complejo al estar aislados en casa con la misma gente y ante todas las actividades que uno debe realizar en el día. Pero es necesario.

John Bailey, tripulante y técnico de submarinos, ha destacado los beneficios que entrega esa conexión.

“En el mar, el único lugar privado es tu litera. Dedica tiempo a tu intimidad, inclúyelo en tu rutina. Incluso si tienes gente en la otra habitación, dénse todos un par de horas solos. Haz lo que quieras: pon una película de mierda, reza, practica yoga… Cualquier cosa que te sirva para salir adelante”, dijo en su cuenta de Twitter.

Y si no le crees al hombre, pues ponle atención a María Teresa de los Ángeles, religiosa de las Carmelitas Descalzas de Cádiz: “Es conveniente buscar momentos de silencio y soledad. En la organización del tiempo para estos días, también tengan espacios de oxigenación individual”, consignó el citado medio.

19. No formar equipo con los cercanos

No todos viven la cuarentena de la misma forma: unos con familia, otros con amigos, otros con compañeros de departamento, algunos solos.

Por eso, es altamente recomendable buscar redes de apoyo con quienes tengas cerca.

De acuerdo a Anne McClain, astronauta de la NASA, “hay que adaptarse a las nuevas situaciones como un equipo”.

“Hay que establecer un ambiente de confianza. Coopere en lugar de competir”, añadió la también teniente coronel del ejército estadounidense.