Dormir es un proceso fundamental para vivir, como también lo es dormir bien para vivir saludable. Ante esto, el departamento de Comportamiento Animal, Ecología y Conservación de la universidad privada Canisius College (Nueva York) decidió hacer un estudio para evaluar la calidad del descanso al dormir acompañado por otra persona… o un animal.

En específico, el estudio liderado por la académica Christy Hoffman decidió averiguar el impacto que tiene para la calidad del sueño de una mujer dormir con su perro, gato o pareja (masculina). De un total de 962 mujeres entre 19 y 69 años de Estados Unidos, un 55% señaló que duerme con un perro, un 31% con un gato y un 57% con un hombre.

Tras analizar los resultados, obtenidos a través de una encuesta, Hoffman y su equipo concluyeron que la experiencia de dormir con cada uno de los tres tiene impactos diferentes en el sueño.

En primer lugar, señalaron que el perro es el mejor compañero para dormir debido a lo organizado que son sus horarios de sueños. “Los dueños de perros tienen horas fijas para acostarse y se despiertan más temprano que quienes tienen gatos”, establece una de las conclusiones.

De la misma forma, destacaron que los perros perturban mucho menos el sueño de sus humanas que un hombre. “En comparación con los compañeros humanos, se percibió que los perros que dormían en la cama interrumpen menos el sueño”, detalla y subraya que los perros generan mayores sentimientos de comodidad y seguridad que un humano.

Respecto a los gatos, el estudio afirma que son los peores candidatos para dormir. “Se asociaron con sentimientos de comodidad y seguridad más débiles que los humanos y perros”, añade.