Cuando una mascota llega se tiene especial preocupación en los cuidados que se le deben dar con relación a la alimentación, en especial por su corta edad, el lugar donde dormirá o cómo regalonearlo. Pero las atenciones no solamente deben estar presentes cuando son cachorros o gatitos, sino que hay que mantenerlas durante todo el crecimiento y, más aún, cuando entran en la etapa de vejez.

Cuando la mascota, sea gato o perro, está más vieja, se comienzan a observar ciertos cambios. “Tienden a jugar menos, debido a que sus articulaciones están más sensibles, pueden pasar más tiempo durmiendo, sufrir cambios de peso o problemas cognitivos como pérdida de orientación”, explica Carolina Figueroa, médico veterinario de Royal Canin.

Es por lo mismo, que los dueños de mascotas de tercera edad deben comenzar a tener en cuenta algunos puntos que no eran mayor preocupación en años anteriores.

Algunos de los señalados por Figueroa son:

Actividad: esto ayudará a mantener su peso ideal y le permitirá estimular sus reflejos, aunque es importante buscar actividades adaptadas a su edad, menos extensas y más frecuentes.

Ambiente: principalmente cuando tienen dificultades para moverse, ayuda mucho que se le facilite el acceso a sus espacios habituales y se hagan lo más cómodo posible para ellos.

Alimentación: la disminución en el nivel de actividad y los cambios en su organismo también se transforman en cambios en sus necesidades nutricionales, por lo que es importante ofrecer una dieta adaptada que les ayude a satisfacer estos nuevos requerimientos. Además como también el envejecimiento provoca pérdida de los sentidos, entre ellos el olfato y el gusto, es necesario que la dieta sea más atractiva para incitarlos a comer.

Para este último punto se debe tener en cuenta que un perro que entra en la vejez necesita básicamente los mismos componentes en su dieta que un perro joven: proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales.

Pixabay (CC0)
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Sin embargo, reduce su actividad física, y por lo mismo su ingesta calórica debe disminuir, como también los porcentajes de grasas. “Para un perro en la etapa de vejez es recomendable que se reduzca alrededor de un 20% la cantidad de estos componentes en una nueva dieta adaptada a sus necesidades”, comenta Carolina Figueroa, médico veterinario de Royal Canin.

Por otra parte, la óptima alimentación en el caso de los gatos viejos es una de las medidas que se deben considerar para contribuir en su nutrición y salud. La dieta debe contener niveles de energía adaptados y puede ser necesario aumentarla si el peso del gato comienza a disminuir o si se presenta alguna enfermedad.

“Un punto muy relevante, es que 1 de cada 3 gatos y 1 de cada 10 perros mayores de 10 años desarrollan Enfermedad Renal Crónica. Esta enfermedad es terminal, debido a que cuando se presentan signos, los riñones están ya demasiado afectados para poder recuperarse”, advierte.

Pxhere (CC0)
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Y agrega: “Por lo mismo, es necesario tanto un diagnóstico a tiempo como una prevención adecuada a través de un cambio de dieta a partir de los 7 años. En el caso de los gatos, las estadísticas son mucho más dramáticas. Un cambio de alimento a tiempo y una visita anual al veterinario para chequeo renal harán unan gran diferencia en la expectativa y calidad de vida de la mascota”.

“Eres lo que comes” no es una frase exclusiva de los humanos, por ello hay que tomar en serio la alimentación de las mascotas, desde que nacen hasta que llegan a la vejez. Finalmente, la experta subraya que siempre se debe consultar con un veterinario para llegar a la mejor elección que cubra las necesidades de cada mascota.