Ambos son subgéneros del Trastorno de Personalidad Antisocial.

Si bien comparten ciertas características en común, un “psicópata” no es lo mismo que un “sociópata”. A pesar de ser términos comunes en la cultura popular, representados muchas veces en el cine, literatura y medios de comunicación, a menudo suelen confundirse.

Uno de los principales motivos es que, en el manual de psiquiatría (el DSM 5), las características de ambos se aglomeran bajo “Trastorno de la Personalidad Antisocial”. Si bien son diferentes, ambos sí comparten ciertos rasgos en común, como el desdén por las leyes y convenciones sociales, la irritabilidad, y la incapacidad de sentir remordimiento por sus acciones.

Las diferencias entre un psicópata y un sociópata

Cabe mencionar que los términos “psicópata” y “sociópata” son “etiquetas culturales” que se emplean para referirse a ciertos atributos característicos del Trastorno de Personalidad Antisocial.

A continuación, puedes encontrar algunas de las diferencias entre ambos trastornos.

Uno nace, el otro se hace

Según consigna el portal de psiquiatría Avance Psicólogos, existen diversos estudios que apuntan a que la sociopatía, al igual que otras patologías psiquiátricas, es el resultado de las experiencias de vida de la persona, especialmente durante la infancia y adolescencia. Por ejemplo, haber sido víctimas de maltrato infantil.

Eso sí, cabe señalar que, si bien las experiencias de la infancia pueden influir, tampoco es algo determinante. Véase casos de niños que sufrieron infancias horribles y aun así no presentaron rasgos característicos de un sociópata.

En contraste, se habla de que un psicópata sería alguien que nació con una predisposición a este trastorno, ya sea por los genes o un desbalance en la química cerebral.

Nivel de impulsividad

Si bien a ambos les puede nacer la necesidad de cometer, por ejemplo, actos violentos, los psicópatas tienden a ser más calculadores y medir sus acciones con una planificación más al mediano plazo. Esto se traduce, por ejemplo, en darse un mayor tiempo para planificar sus acciones y/o tapar sus actos.

Por su parte, el sociópata suele ser más impulsivo. Los delitos que cometen, por ejemplo, son generalmente el resultado de un ataque de ira o similar. No suele ser algo planificado con mucha anticipación.

Habilidades sociales

En línea con lo anterior, el psicópata suele ser una persona que se camufla mejor en sociedad que un sociópata. Incluso, los primeros pueden llegar a parecer encantadores a los ojos de otras persónas. Véase por ejemplo el caso de Ted Bundy, famoso asesino serial que poseía notables habilidades sociales.

Por el contrario, los sociópatas son personas con menos habilidades sociales. Les cuesta más relacionarse y, por lo mismo, no suelen crecer y prosperar en ámbitos profesionales, sociales o económicos. Eso sí, es importante señalar que, al igual que muchos otros desórdenes de la personalidad, la sociopatía se desarrolla dentro de un espectro, por lo que lo anterior tampoco es un absoluto.

Capacidad para empatizar

Según explica el psicólogo forense, Alex Grandío, para el portal Psicología y Mente, cuando hablamos de la capacidad de un psicópata para relacionarse con su entorno y entablar relaciones sociales, si bien posee habilidades sociales, su capacidad para empatizar con las emociones de otros es completamente nula.

Sus vínculos con terceras personas son artificiales, y visualiza a otros como un mero medio para conseguir sus fines.

En el caso de un sociópata, si bien la empatía no es su punto más fuerte, generalmente sí se da cuando se trata de su círculo más cercano, existiendo en menor medida para quienes le son más ajenos.

Comorbilidades

Debido a que la sociopatía se vincula con episodios ocurridos en una etapa formativa, como el maltrato o negligencia por parte de los cuidadores, suele tener mayor comorbilidad con otros trastornos. Esto quiere decir que un sociópata es más propenso a padecer también otras condiciones como depresión o ansiedad.

Por el otro lado, al no haber sufrido necesariamente episodios dañinos en su vida, un psicópata suele ser menos propenso a desarrollar otras patologías mentales.