Una especialista llama a dejar de llamar "narcisista" a cualquier persona, pues el trastorno narcisista de la personalidad es una condición compleja de salud mental, cuyo diagnóstico implica una evaluación profunda.

Tildar a cualquier persona que te hizo daño de “narcisista” y atribuirle ciertas creencias como que “nunca cambian” o “son malas personas” se hizo algo habitual por estos días. Ante esto, una experta llama a dejar de “diagnosticar” a diestra y siniestra sin ser especialista y a no estigmatizar al Trastorno Narcisista de la personalidad.

En una columna para titulada “Dejemos de llamarnos narcisistas unos a otros”, la psicoterapeuta Jennifer Gerlach, quien es experta en trastornos del estado de ánimo y salud mental de adultos jóvenes, explicó por qué deberías terminar con la práctica de catalogar a cualquier persona cuyo comportamiento es cuestionable como “narcisista”.

“Lo que se conoce como un trastorno complejo de la personalidad en el mundo clínico se ha convertido en un término familiar”, expresó.

“No es difícil encontrar información sobre el narcisismo en estos días, principalmente inclinado hacia personas que han experimentado maltrato a manos de alguien con estos rasgos. Un malentendido común es que las personas nunca recibirán ayuda para el narcisismo, por lo que está bien que quienes las rodean las ‘diagnostiquen’ y las caractericen: Las personas con TNP no quieren ayuda y no pueden recibir ayuda de todos modos, por lo que lo mejor que podemos hacer es identificarlas, desempoderarlas y evitarlas”, señaló.

“Es casi como si las personas con personalidades narcisistas no fueran completamente humanas”, apuntó.

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Tener trastorno de personalidad narcisista no es sinónimo de “maltratador”

Gerlach explicó que el trastorno narcisista de la personalidad es “una causa de sufrimiento para alguien y algo que puede tratarse”.

“Estos son humanos que a veces encuentran su camino hacia la terapia y que pueden mejorar”, enfatizó.

En este sentido, dijo que si bien ha conocido a personas que fueron heridas por otras con rasgos narcisista, también ha conocido a quienes tienen este trastorno y no lo hacen. “En cambio, su batalla es más interna. El trastorno narcisista de la personalidad no siempre significa abuso”, expresó.

“En muchos casos, la personalidad narcisista no tratada puede significar experiencias de desapego, dolor y aislamiento. A menudo, en el trastorno narcisista de la personalidad, es difícil para una persona encontrar relaciones significativas o una autoaceptación genuina”, manifestó.

Además, existe una fuerte correlación entre el trastorno narcisista de la personalidad y el trauma infantil, así como el trastorno de estrés postraumático. Las personas con personalidad narcisista suelen ser aquellas que tienen dificultades significativas de apego que se han desarrollado desde la infancia”, enfatizó.

Gerlach explicó que “un nivel de amor propio es saludable y necesario, pero que el narcisismo patológico, lo que ahora llamamos trastorno narcisista de la personalidad, representa un yo falso donde la necesidad de admiración toma un giro más oscuro”.

“El trastorno narcisista de la personalidad es una afección compleja asociada con un patrón particular de relación consigo mismo y con los demás”, enfatizó.

Difícil diagnóstico

“El diagnóstico del trastorno narcisista de la personalidad es difícil. Pocas personas que tienen TNP se acercan a profesionales de la salud mental que buscan específicamente apoyo para los rasgos de personalidad narcisistas. Aún así, pueden buscar apoyo debido a la infelicidad en una variedad de otras áreas, especialmente si se ha producido una lesión grave del ego”, agregó.

“Diagnosticar la personalidad narcisista implica un proceso de evaluación que idealmente implicará pruebas psicológicas formales. El evaluador debe ser objetivo. No puede ser diagnosticado por un familiar o amigo, incluso si es un profesional de la salud mental”, expresó.

Además, recalcó que ni siquiera si eres terapeuta o psiquiatra puedes diagnosticar a un amigo o familiar “debido tanto al problema ético de una relación dual como a la realidad de que un diagnóstico de TNP requiere más que una descripción”.

“Comprensiblemente, alguien que ha sido lastimado por otro desearía una explicación por su comportamiento. Para algunos, aprender cómo puede actuar alguien con ciertos diagnósticos de trastorno de la personalidad podría proporcionar un nivel de alivio. Sin embargo, también existe una gran capacidad para los problemas cuando elegimos etiquetarnos unos a otros con rasgos narcisistas”, comentó.

¿Por qué nunca deberías catalogar como “narcisista” a otra persona?

La profesional explicó que “cuando vemos a alguien a través del lente de un diagnóstico, especialmente un diagnóstico que no se le ha dado médicamente, podemos tener puntos de vista limitados”.

En este sentido, podemos contaminanos con contenido que vemos en las redes sociales al respecto. “Escuchar mensajes sobre la personalidad narcisista cuando tenemos un conflicto con alguien puede reforzarnos y darnos la sensación de que tenemos razón y el otro está equivocado”, comentó.

Esto último puede llevarnos a “buscar cualquier indicio que confirme nuestras sospechas”.

“El título limitante de ‘narcisista’ puede ser una forma de devaluar a alguien hasta un punto en el que puede ser aún más difícil relacionarse y comunicarse con él. En su forma más fuerte, esto puede tomar la forma de deshumanización. Las personas con trastorno narcisista de la personalidad son primero personas”, manifestó.

Quitemos estigmas a un trastorno tratable

Para la experta el uso no clínico de la palabra “narcisista” sólo fomenta un estigma dañino.

“La realidad es que existe psicoterapia para el trastorno narcisista de la personalidad, incluida la terapia basada en la mentalización, la terapia cognitivo-conductual y otras. Todos nos beneficiamos cuando las personas que tienen un trastorno narcisista de la personalidad pueden pedir ayuda, sobre todo la persona con la afección, pero también quienes las rodean”, afirmó.

“Demonizar la condición sirve para avivar las llamas de la negación y desalienta a buscar apoyo”, agregó.

Eso sí, aclaró que no se trata de excusar a quienes nos han tratado mal, sino que de llamar a las cosas por su nombre sin asumir diagnósticos.

“Podemos llamar a estas acciones de manera más efectiva llamándolas por lo que son. Cuando el abuso está presente, debemos reconocerlo y llamarlo por lo que es: abuso. Categorizar estrategias manipuladoras como el gaslighting puede ser empoderador, y la educación sobre estas tácticas puede ser útil”, afirmó.

Gerlach dice que “podemos lograr mucho más etiquetando el comportamiento en lugar de la persona”. Como ejemplo señala que si alguien degrada a otros, puedes señalar ese comportamiento explícitamente sin necesidad de llamar “narcisista” a la persona.

“Cuando estamos preocupados por la salud mental de los demás, hacemos bien en alentarnos unos a otros a buscar ayuda cuando sea necesario. Dejemos de llamarnos narcisistas y tratemos el trastorno narcisista de la personalidad como la condición de salud que es”, concluyó.