El trastorno bipolar es una condición que afecta desde temprana edad y puede durar toda la vida, cambiando por completo la existencia de quien la padece.

Estas personas pueden vivir situaciones estresantes y extremas, incluso, pasando por una serie de diagnósticos hasta que se descubre que esta es la razón de las situaciones que le aquejan.

El desconocimiento respecto de este trastorno es amplio, pese a que la investigación de Kathleen Merikangas, del Instituto Nacional de Salud Mental, en Bethesda, Estados Unidos reveló que hasta un 2,4% de la población padece esta condición.

La investigación denominada Estudio de la Salud Mental en el Mundo, contempló encuestas a más de 61 mil adultos de 11 países en diversos continentes, reveló que el impacto es tan importante que provoca que las personas tengan más años perdidos por discapacidad, que todos los tipos de cáncer juntos o las patologías neurológicas, como el alzheimer, consigna El Mundo.

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Los mitos en torno a esta enfermedad, que es la sexta causa de discapacidad en el mundo de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), son muchos, principalmente porque se estima que menos de la mitad de los afectados puede acceder a un tratamiento.

¿Qué es el Trastorno Bipolar?

Según destaca el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, es un trastorno mental, antiguamente conocido como “trastorno maniacodepresivo” o “depresión maníaca”, que puede ser crónico o episódico (puede ocurrir ocasionalmente o regularmente).

Se caracteriza por cambios inusuales en el estado de ánimo, energía, actividad y concentración, que son mucho más que un altibajo normal en una persona, sino que son cambios que pueden ir de un extremo a otro. Estos cambios impredecibles pueden dificultar considerablemente la calidad de vida.

Quienes lo parecen suelen vivir diferentes episodios, que se dividen en manía, hipomanía y depresión. Puedes pasar de sentise optimistas y animados a irritables o muy sensibles.

También, pueden percibir que sus pensamientos van muy rápido, piensan que pueden hacer muchas cosas a la vez, tienen menos necesidad de dormir y pueden presentar un apetito excesivo sobre la comida, la bebida, el sexo u otras actividades placenteras.

Se pueden sentir inusualmente importantes, poderosos o talentosos, mientras pueden hablar muy rápido en una fuga de ideas o estar sobresaltados, nerviosos o más acelerados que de costumbre. Un episodio hipomaníaco puede presentar estos mismos síntomas, pero con una intensidad más leve.

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Por el contrario, cuando sufren un episodio depresivo, quienes padecen el trastorno se sienten decaídos, tristes, ansiosos e inquietos. También pueden tener una notoria pérdida de interés o la capacidad de sentir placer en las actividades que realizan.

Sufren insomnio o duermen demasiado, viven en agitación o un comportamiento más lento, además pueden percibir fatiga o pérdida de energía, son incapaces de hacer incluso cosas muy sencillas. Incluso pueden sentirse sin esperanza, lo que implica que pueden planificar o intentar suicidarse.

Existen tres categorías de trastorno bipolar, denominados trastorno bipolar I, trastorno bipolar II y trastorno ciclotímico, que se diferencian en base a los episodios que sufren los pacientes y periodos que estos duran.

Clínica Mayo destaca que si bien estos son los tipos reconocidos, “también existen otros que comprenden el trastorno bipolar y los trastornos relacionados inducidos por ciertos medicamentos o bebidas alcohólicas, o debidos a una enfermedad, como la enfermedad de Cushing, la esclerosis múltiple o un accidente cerebrovascular”.

Los mitos en torno al Trastorno Bipolar

Aunque se desconoce la causa del trastorno bipolar, investigaciones han concluido que son una combinación de diversos factores genéticos y la estructura y función del cerebro, que puede ser diferente en quienes tienen este trastorno.

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La variedad de síntomas que presenta esta afección implica que el diagnóstico sea difícil para los médicos, ya que se pueden asociar a otras enfermedades como por ejemplo la depresión o esquizofrenia. Además, si no reciben un tratamiento adecuado, pueden generar un mayor deterioro en sus vidas.

Otra dificultad importante para los pacientes es la estigmatización social que sufren, considerando que históricamente se han estereotipados como personas violentas, extravagantes, peligrosas, carentes de pensamiento racional, entre otras características, que han sido fomentadas en la cultura general, por ejemplo a través del cine y la televisión, destaca El País.

Un estudio de la Asociación Americana de Psicología, denominado “El impacto del estima de la enfermedad mental” destaca respecto de esta afección que “estos estereotipos, prejuicios y discriminaciones (…) pueden privar a quienes la padecen de oportunidades para el logro de sus objetivos vitales, especialmente aquellos que tienen que ver con su independencia económica y personal”.

Esto ha implicado que hayan diversos mitos entorno a esta enfermedad, por lo que es importante derribarlos y conocer la realidad que viven estas personas, para poder entender el trastorno.

Uno de estos es que se suele mencionar que quienes lo parecen sencillamente tienen cambios de ánimo o una excusa para comportamientos radicales, sin embargo, los episodios maníacos son mucho más extremos que eso y son parte de una enfermedad, igual que la diabetes o el cáncer, consigna Fundación Cadah.

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Otro mito que se repite constantemente es que se dice que las personas que sufren este trastorno son peligrosas, sin embargo, no son más violentas que una persona normal e incluso, pueden ser víctimas de violencia, destaca Clínica UC Christus

También es usual escuchar comentarios indicando que sólo basta que las personas tengan fuerza de voluntad para que desaparezca el trastorno bipolar, sin embargo, esta es una enfermedad neurobiológica, que puede ser crónica o recurrente, por lo que requiere la asesoría de un equipo médico para que los pacientes pacientes puedan convivir con ella.

Otra invención que aqueja a quienes sufren esta enfermedad, es que se cree que las personas que están en la fase de manía o hipomanía son felices, al estar, por ejemplo, optimistas y eufóricos, sin embargo, esta afirmación es falsa, porque están en un periodo anormal de exaltación que los pone en riesgos a ellos y su entorno.

El más grave de estos mitos tiene relación con la medicación y el tratamiento, ya que se piensa que luego de un año de tratamiento y estabilidad pueden dejar los medicamentos, no obstante, al ser una enfermedad crónica o recurrente no es posible dejar el tratamiento. Hay que considerar que el 90% de los pacientes sufren recaídas que atentan contra su calidad de vida.

En este sentido, el doctor Alberto Aedo, médico psiquiatra de la clínica UC Christus, destaca “es una enfermedad crónica, pero controlable… Los pacientes deben comprender que no tienen culpa por tener la enfermedad, pero sí una activa responsabilidad en su cuidado”.

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Una de las claves que reveló el Estudio de la Salud Mental en el Mundo, es que en muchos países es precario el acceso al tratamiento médico, destacó El Mundo.

De acuerdoa a las cifras que presentaron, sólo el 25% de los encuestados tuvieron contacto con servicios de salud mental, mientras que un 75% declaró nunca haber consultado a un profesional del área.

En Chile, la Sociedad Chilena de Trastornos Bipolares, indica que los pacientes pueden acceder al sistema de salud público o privado bajo la modalidad G.E.S. (Garantías Explícitas en Salud) ex AUGE, lo que entrega una protección financiera ante el tratamiento que debe ser supervisado por un especialista y debe contar con un seguimiento, a fin de evitar riesgos de recaídas.

Suicidio
Si necesitas ayuda psicológica especializada o conoces a alguien que la requiera, el Ministerio de Salud tiene un teléfono de ayuda atendida por profesionales todos los días del año y las 24 horas, en el 600 360 7777. También puedes recibir asistencia ingresando a este enlace.