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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El ISP confirmó la presencia en Chile de una nueva variante sintética del cannabis, el acetato de delta-9-tetrahidrocannabinol (THC-O), distribuida en cartuchos de vaporización. Esta droga, derivada del THC, es más potente y causa efectos adversos graves como ansiedad y episodios psicóticos.

A mediados de junio, el Instituto de Salud Pública (ISP) confirmó la presencia de una nueva variante sintética del cannabis en Chile, el acetato de delta-9- tetrahidrocannabinol (THC-O).

De acuerdo la incautación, esta droga se estaría distribuyendo en cartuchos de vaporización, por lo que se puede consumir a través de vaporizadores electrónicos (vapers).

“Se trata de un cannabinoide semisintético derivado del THC, que no se encuentra en la planta de forma natural y que es obtenido mediante un proceso de acetilación que incrementa de manera significativa su potencia psicoactiva“, señaló el organismo.

Asimismo, advirtieron que causa efectos adversos graves, como “ansiedad aguda, episodios psicóticos, confusión, pérdida de conciencia y otros trastornos psiquiátricos.

Peligros de la nueva variante sintética del cannabis

Mario Rivera, académico de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile, adscrito al Departamento de Química Farmacológica y Toxicológica, advierte que esta sustancia parece inofensiva, pero puede ser peor que la marihuana común.

Con las mismas dosis, las personas podrían intoxicarse mucho más fácil. Y eso es lo delicado”, explica en un comunicado de la Universidad de Chile. De hecho, al ser consumida a través de vaporizadores, su principio activo se absorbe más rápido en el organismo.

Además, a diferencia del cannabis tradicional, esta sustancia sintética no emite olor al ser vaporizada, lo que la hace imperceptible. “La gente puede estar fumando esto en cualquier lugar y nadie se va a dar cuenta”, advierte Rivera.

De acuerdo con el experto, el problema está en que muchas personas normalizan síntomas como la popular “pálida”, que en realidad es una clara señal de intoxicación, presenta una baja brusca de presión, acompañada con ansiedad, taquicardia, hipotermia y dolor abdominal.

“Eso no es un efecto esperado ni buscado por el consumidor, sino un indicio de que el cuerpo no está tolerando bien la sustancia”, enfatiza.

A este riesgo también se suman factores genéticos, ya que algunas personas pueden tener enzimas menos eficientes para eliminar THC del organismo. Por ejemplo, en consumidores con antecedentes de ansiedad o condiciones mentales de base, la droga podría potenciar cuadros ya existentes.

Según el ISP, otro de los riesgos asociados al uso de estos cartuchos, es la posible formación de ceteno, un gas tóxico altamente irritante que se genera cuando la sustancia hace combustión. “Es importante mencionar que el ceteno se ha vinculado a síndrome EVALI o lesión pulmonar”, informaron.

No se trata de “demonizar” el cannabis

Rivera hace un llamado urgente a la prevención, sobre todo considerando el auge de estos productos derivados del cannabis y la falta de una regulación que sea efectiva.

Tenemos que desmitificar la idea de que si viene del cannabis no puede ser peligroso. Este acetato de THC es una droga más potente y con efectos menos predecibles”, puntualiza.

En la misma línea, invita a distinguir entre consumo informado y exposición a sustancias de alta potencia sin conocimiento de sus efectos, especialmente a los jóvenes.

“Esto no se trata de demonizar el cannabis, sino de alertar sobre una variante que puede tener consecuencias graves, especialmente en quienes no tienen experiencia previa o condiciones de salud preexistentes”, plantea.