La enfermedad es degenerativa, puede causar la muerte, no tiene cura y se desconoce si es que puede afectar a los humanos.

En noviembre de 2023 se detectó un caso de emaciación o caquexia crónica (CWD) en un ciervo que se encontraba en el Parque Nacional de Yellowstone, de Estados Unidos. Desde entonces, esta infección, también conocida como “enfermedad del ciervo zombi” se ha estado propagando a lo largo del país, alertando a los expertos por su letalidad.

De hecho, a fines de 2023, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), informaron que, hasta noviembre, la enfermedad se ha propagado en ciervos y alces silvestres de al menos 31 estados.

Asimismo, agregaron que también se detectó en 3 provincias de Canadá, además de Noruega, Finlandia y Suecia, mientras que en Corea del Sur se notificó un pequeño número de casos que fueron importados.

El lento, pero evidente crecimiento de este brote alertó a los expertos, puesto que pone en riesgo la conservación de estas especies y es difícil de detectar, ya que su periodo de incubación puede durar unos 12 meses, según National Geographic.

Pueden pasar incluso un par de años hasta que el animal presente síntomas, que son progresivos. Además, es letal en la mayoría de los casos y no existe una cura.

De acuerdo con Science Alert, los síntomas son: babeo, letargo, tropiezos y mirada vacía, y ya se habría detectado en 800 muestras de ciervos, sólo en Wyoming, donde se encuentra el parque Yellowstone.

¿La “enfermedad del ciervo zombi” es un peligro para humanos?

La enfermedad del ciervo zombi es una infección que no se produce por un virus, es un prión. Se trata de una proteína que produce una enfermedad degenerativa que daña el cerebro y la médula espinal.

Esta se transmite entre animales por contacto directo con el ciervo infectado o por partículas infecciosas, que son las que quedan en las heces, por ejemplo.

Según reportó el CDC recientemente, hasta ahora no se han reportado casos en humanos, pero se desconoce si es que las personas pueden o no contraer la enfermedad.

“Hasta la fecha, no hay pruebas sólidas de la aparición de caquexia crónica en personas y no se sabe si las personas pueden infectarse con priones de caquexia crónica. Sin embargo, estos estudios experimentales plantean la preocupación de que la caquexia crónica pueda representar un riesgo para las personas y sugieren que es importante prevenir la exposición humana a la caquexia crónica”, advirtió el organismo.