En el Día Mundial contra la Hepatitis, expertos gastroenterólogos entregaron sus recomendaciones para prevenir y alertar los síntomas silenciosos de la enfermedad que puede desarrollar malestares meses después de haberla contraído.

De acuerdo a estadísticas entregadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el 2019, casi 300 millones de personas habían sido diagnosticadas con Hepatitis B y otros 58 millones padecían su variante C en el mundo.

Durante ese mismo año las muertes provocadas por esta enfermedad superaron el millón a nivel global.

Producto de estos índices, cada 28 de julio se conmemora el Día Mundial contra la Hepatitis, con el fin de generar conciencia sobre su prevención y tratamiento. En este ámbito es que se hace importante conocer las principales señales que podrían alertar que se está cursando la enfermedad.

Enfermedad asintomática

La hepatitis se produce cuando el hígado se inflama debido a la infección provocada por el virus VHB.

Este tiene otras variaciones como el VHA, VHC, VHD y VHE, que dan nombre a las Hepatitis A, C, D y E respectivamente. En específico, la B y C suelen ser asintomáticas, es decir, no generan síntomas.

Es posible experimentar algunos malestares luego de un mes hasta tres meses después de haber contraído el virus, por lo que comprende una enfermedad difícil de detectar.

Inclusive, cuando se desarrolla un cuadro crónico de hepatitis C esta pueden experimentar complicaciones décadas después de diagnosticada la enfermedad, detalla el portal médico Medline Plus.

En los niños, la hepatitis B no manifiesta ningún síntoma que pueda alertar que padecen la afección, lo cual puede comprender un gran riesgo, ya que cuando se contrae la infección en este rango etario las posibilidades de desarrollar una infección crónica (duradera) de esta variedad son más altas, describe Mayo Clinic.

Síntomas de alerta

De acuerdo al gastroenterólogo de Clínica Las Condes, Máximo Cattaneo, el diagnóstico tardío de la enfermedad “puede producir un daño progresivo en el hígado, pudiendo llegar a una cirrosis hepática o cáncer hepático”, advirtió el profesional.

Sumado a esto, “es una de las causas más frecuentes de trasplante hepático en nuestro país”, afirmó.

Indira Calzadilla, gastroenteróloga de la misma institución, explicó que síntomas silenciosos e inespecíficos como un poco de cansancio, malestar general, náuseas, vómitos y dolor abdominal, son señales de alerta de esta enfermedad.

“Puede que la infección reciente pase inadvertida, lo que es muy grave. La mayoría de la gente no hace la Hepatitis aguda, sólo un 20% de los pacientes presenta síntomas”, sino que lo hacen cuando la enfermedad está en una “fase avanzada de la fibrosis, es decir, cuando ya es una cirrosis”, explicó la profesional.

Prevención de la hepatitis

El modo de transmisión del virus usualmente se da por contacto con fluidos biológicos de personas infectadas, tales como semen, sangre, heces, etc.

Por esta razón, un método de prevención es el uso de preservativos durante las relaciones sexuales, la correcta y constante higiene, además de evitar el uso compartido de jeringas y, por tanto, realizarse tatuajes solo en tiendas autorizadas. La transmisión de madre a hijo también es posible.

Igualmente, desde el 2005 en Chile se inocula con la vacuna preventiva de la enfermedad a menores desde los 2 meses de edad hasta completar el esquema tradicional (2, 4, 6 y 18 meses). Por lo que los jóvenes de menos de 16 años del país están protegidos contra la Hepatitis B, afirma la División de Prevención y Control de Enfermedades del estado.

En el caso de la hepatitis C el tratamiento consiste en “antivirales de acción directa (AAD) contra el virus de la Hepatitis C, cuya efectividad es mayor al 95%, con bajas reacciones adversas, fácil administración (oral) y corta duración (12 semanas)”, aseguró la división.