Todos lo hemos oído: es más probable contraer COVID en el interior de recintos que al aire libre. Pero dentro hay factores que determinan el nivel de riesgo. Y tampoco hay que confiarse cuando se está en el exterior.

Hay algunas reglas de COVID-19 que todos hemos aprendido ya, o eso creemos. Las más sencillas son lavarse las manos y mantener la distancia siempre que sea posible. También está la máxima de que los recintos cerrados son más peligrosos cuando se trata del riesgo de contraer el virus de quienes nos rodean. Pero en realidad, las cosas no están tan claras. Así que veámoslo más de cerca: ¿dónde es especialmente alto el riesgo de infección?

El riesgo de infección depende de una serie de factores Una de las principales vías de transmisión de COVID es la propagación del virus a través de aerosoles y gotitas, es decir, pequeñas partículas en el aire que una persona infectada emite al respirar, hablar o toser, por ejemplo.

El riesgo de transmisión del virus es efectivamente mayor en un entorno cerrado. Un estudio japonés de la primavera de 2020 que examinó 110 casos de COVID-19 y sus vías de transmisión descubrió que “las probabilidades de que un caso primario transmitiera el COVID-19 en un entorno cerrado eran 18,7 veces mayores en comparación con un entorno al aire libre.”

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Pero hay diferencias en los ambientes interiores. El Instituto Max-Planck de Química ofrece una calculadora en su sitio web que permite cambiar una serie de parámetros para determinar el nivel de riesgo de COVID si una persona de la habitación está infectada.

Los factores que intervienen son cuán alto habla la persona infectada, su participación en la conversación, la ventilación de la habitación y otros. Los cálculos se basan en un estudio sobre la transmisión de aerosoles y el riesgo de infección, publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health.

Haga lo que haga, no cante

Uno de los escenarios con mayor índice de infección es el ensayo de un coro. Esto se debe a que cuanto más fuerte canta una persona infectada, mayor es la concentración de gotitas que produce, según el estudio en el que se basa el Instituto Max-Planck.

El canto fuerte también expulsa las gotas a una distancia mayor que la simple respiración, pero también que el hablar a un volumen más bajo. Como dicen los autores del estudio, “cantar es una fuente de aerosoles especialmente grande”.

Evitar ese riesgo no debería ser demasiado difícil. Pero, ¿qué pasa con la situación en las escuelas? Muchos países quieren evitar una nueva ronda de cierres de escuelas, pero para que eso sea posible y seguir manteniendo el riesgo de infección bajo, hay que tener en cuenta varios factores.

Con una persona infectada en la sala, es más probable el contagio en un aula llena de niños que en una oficina llena de adultos. La razón: el número de personas totalmente vacunadas es menor entre los niños que entre los adultos.

Otros factores de riesgo son la escasa ventilación: abrir las ventanas una vez cada hora para que circule el aire fresco puede no ser una opción cuando las temperaturas exteriores descienden a niveles incómodos en el hemisferio norte. Además, muchas escuelas no disponen de costosos sistemas de filtración de aire.

Mascarillas mágicas

Ya sea en un aula, en una oficina o en cualquier otro lugar cerrado, hay una medida que reduce considerablemente el riesgo de contraer COVID: el uso de mascarillas.

Una mascarilla FFP2 (equivalente a otras normas internacionales conocidas como N95, KN95 y P2) puede reducir el riesgo de infección en un factor de 20, y la más avanzada FFP3 en un factor de 100 para la persona que la lleva, según explicó a DW Ulrich Pöschl, director del Departamento de Química Multifásica del Instituto Max Planck de Química de la ciudad alemana de Maguncia.

“En ambientes interiores, recomendaría el uso de mascarillas siempre que la gente se mezcle con [otras personas] de fuera de su casa”, dijo Pöschl. “Creo que todos deberían llevar mascarillas”.

Esto no anula los demás factores, por supuesto. Mantener la distancia, tratar de proporcionar un alto nivel de ventilación y no cantar siguen siendo importantes para mantener el riesgo de infección bajo, incluso cuando todo el mundo está enmascarado.

Estar afuera no es ninguna garantía contra el covid-19

¿Qué tan alto es el riesgo de infección cuando se está al aire libre? Más bajo que cuando se está en el interior, seguro. Pero eso no significa que se deba dejar de lado toda precaución.

“También en entornos exteriores es útil usar mascarillas cuando se está cerca de otras personas”, subrayó Pöschl.

“A uno o dos metros de distancia, también existe el riesgo de infecciones por aerosoles. Las gotitas más grandes que todos exhalamos pueden alcanzar a otras personas, también en entornos exteriores. Y una sola de estas gotitas, de un tamaño aproximado de un milímetro, puede provocar una infección con una probabilidad muy alta si procede de una persona infectada”.

Así que si tiene pensado ir a un mercado navideño estas fiestas, no deje la mascarilla en casa solo porque el mercado sea al aire libre. El uso de la mascarilla no solo disminuye el riesgo de contraer el COVID en lugares cerrados. Como dice Pöschl: “Es solo aún más urgente utilizar una mascarilla en interiores”.