El término «edad del corazón» sirve para entender el riesgo personal de sufrir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular. Un corazón con menos edad cardíaca significa que el riesgo es menor.

El cálculo se basa en los factores personales de riesgo para enfermedad cardíaca, como la edad, la presión arterial y el colesterol, así como la alimentación, la actividad física y el hábito de fumar.

El Estudio de Framingham (un estudio sobre el corazón) adaptó una herramienta gratuita para calcular la edad del órgano cardíaco y la puso a disposición del público en el sitio web del organismo, en inglés.

Para utilizarla, debes ingresar valores que debes conocer con anterioridad como tu sexo, edad (age), presión arterial (Systolic Blood Pressure), nivel de colesterol HDL, tu nivel total de colesterol y algunas preguntas a las que debes responder sí o no: si estás en tratamiento para la hipertensión (Treatment for Hypertension); si fumas regularmente (Current smoker); y si tienes diabetes.

En una segunda opción, te pedirán los mismos datos, pero en vez de solicitar tus niveles de colesterol, te pedirán tu Índice de Masa Corporal (Body Mass Index), el cual puedes obtener con tu peso y tu estatura en centímetros usando cualquiera de las calculadoras para este parámetro disponibles en Internet.

Si eres igual a muchas otras personas, la edad de tu corazón es mayor a tu edad real. No obstante, si adoptas un estilo de vida más sano, puedes reducir la edad de su corazón. Al inicio, concéntrate en hacer solo uno o dos de los cambios que aparecen a continuación y que son recomendados por el Dr. Francisco López Jiménez, cardiólogo de Mayo Clinic.

Cómo reducir los factores de riesgo para enfermedad cardíaca:

– Deja de fumar, si tienes el hábito.

– Haz al menos 150 minutos de actividad física por semana.
Ingiere alimentos sanos para el corazón, como verduras, frutas, semillas, frutos secos, legumbres, granos integrales y proteína magra, sobre todo pescado.

– Restringe el consumo de sal en su alimentación.

– Mantén un peso sano.

– Reduce la presión arterial. Visita a un especialista para que te ayude.

– Mejora el colesterol.

– Controla la glucosa sanguínea, si eres diabético.

Puedes acceder a la herramienta que calcula riesgo cardíaco aquí