Los resultados SIMCE siempre han provocado un nerviosismo para nada pedagógico en el sistema escolar. Muy por el contrario, producen estados de algarabía (si le fue bien a la escuela) o de preocupación (si les fue mal a los estudiantes).

Por lo tanto, dependiendo del puntaje es como reaccionamos cada año. Generalmente, como los resultados no han sido tan buenos, nos encargamos de buscar a los responsables, como, por ejemplo: el gobierno de turno, ciertas políticas públicas o la falta de esto y lo otro, y finalmente pasando los días quedamos donde mismo, sin atender lo que nos dicen los datos.

El SIMCE supone la evaluación del curriculum nacional y los aprendizajes de los estudiantes, pero no siempre se ajusta a los procesos pedagógicos que se planifican y llevan a cabo las escuelas, ya que frente a los procesos de enseñanza – aprendizaje se movilizan una variedad de factores que no reconoce, como son los contextos socio – culturales, los vacíos pedagógicos de años previos, las limitaciones de infraestructura y de gestión.

¿Qué nos dicen los resultados SIMCE 2023?

Los resultados por primera vez son presentados atendiendo un tiempo oportuno desde su aplicación permitiendo a los establecimientos ajustar su planificación estratégica.

¿Qué nos dicen los resultados SIMCE 2023?: primero que todo, que sigue siendo prioridad la Educación Pública en Chile.

Que las transformaciones que ha presentado el sistema, desde la Educación Municipal hacia el Sistema Local de Educación Pública SLEP, ha sido una política pública en el sentido correcto.

Que los equipos directivos y profesores comprenden que las mejoras de aprendizaje deben tener un enfoque de mejora continua. Por tanto, que es posible mejorar respecto de los aprendizajes de los estudiantes y que existe conciencia que aún las brechas nos dejan desigualdades que debemos enfrentar de manera sostenida como país.

Desde la Política Pública los resultados son valiosos para atender a las decisiones de los Estados y no de los gobiernos. Es el Estado el encargado de ocuparse de lo que necesitamos como país y como implementamos mejoras continuas y financiamos un sistema que a todos los estudiantes les entregue una formación de calidad.

Dadas las características de evaluación estandarizada, externa, periódica y censal ¿cómo debiésemos comprender los resultados en las escuelas y en el país? A nivel escuela nos debiese permitir una reflexión en perspectiva sobre los procesos de enseñanza planificados para el aprendizaje.

Nos debiese permitir reconocer el trabajo realizado en el aula, el uso de recursos de aprendizajes, las metodologías docentes y el propio quehacer de los estudiantes.

A nivel país debiésemos construir reflexiones con un sentido de respeto por los procesos que involucran a los estudiantes. Analizar desde la mejora continua con planes focalizados donde el interés no esté puesto en el puntaje, sino que en el aprendizaje de los estudiantes.

Donde podamos conversar desde un plan nacional de apoyo, dejando atrás las comparaciones sin contexto y donde efectivamente podamos contextualizar el microsistema de la escuela. En ningún caso siendo determinantes, pero si valorar las mejores estrategias desde la diversidad de estudiantes y con ello llegar a procesos estandarizados que generen trayectorias formativas desde un enfoque inclusivo.

Finalmente, visualizar que los resultados nos evalúan a todos, que aquello que está en juego son los procesos de aprendizajes de los estudiantes del país y que el foco no es quedarnos en las comparaciones del momento, sino que en el próximo paso de mejora (continua) que sigue.

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