Chile hace tiempo que no vive en paz. Nuestras policías fueron hace poco tiempo denostadas al punto de idolatrar una figura mal llamada “Matapacos“. No hay semana donde un funcionario o funcionaria policial no resulten atacados.

En lo que va del año son casi 900 carabineros agredidos, varios de ellos asesinados. Hace pocos días la institución tuvo que despedir a otro de sus integrantes asesinado en Concepción y ahora tienen que lamentar la muerte de la carabinero Rita Olivares.

Los mismos que estando en la oposición debilitaron a las policías desde el estallido, tienen hoy la obligación de reconocer el tremendo error que cometieron y repararlo desde el gobierno que actualmente dirigen. Fortalecer y proteger a sus funcionarios, porque sin policías no hay orden público, y sin orden público no hay Estado de Derecho.

El Ejecutivo no se puede quedar sólo en el discurso, debe otorgar más respaldo y atribuciones a estas instituciones, especialmente en las normas del uso de la fuerza y otorgarles armamento proporcional al que utilizan hoy los delincuentes. Esto permitirá enfrentar el alto poder de fuego que tiene el crimen organizado.

También es clave que el Ejecutivo otorgue urgencia a los proyectos destinados a reforzar la seguridad pública y la protección de las policías.

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