El fantasma de los retiros desde los fondos de pensiones se mantiene en la actual discusión del sistema previsional. Tras el rechazo del Congreso al quinto retiro en abril del 2022, el informe de la Comisión de Constitución de la Cámara estableció que no se podía tramitar una iniciativa de este tipo hasta dentro de un año, plazo que se acerca a su fin. La última moción de retiro de fondos tenía su foco en la estricta cobertura de necesidades sociales.

A partir del 18 de abril de 2023, se podrá presentar un nuevo proyecto de retiro de fondos, y esta fecha se cruza con las elecciones de convencionales para la redacción de una nueva propuesta constitucional. Si a esto se suma el estancamiento económico y la presión inflacionaria, las condiciones estarán para que se presente, y apruebe, una iniciativa legal para nuevos retiros de fondos de pensiones.

Además, esta materia se cruza con proyectos de ley que emanan desde la Cámara y por la Reforma previsional del Ejecutivo, donde la palabra retiro de fondos ha sido reemplazada por un concepto nuevo: “autopréstamo”.

La gran diferencia, es que no se trataría de un retiro de fondos propiamente tal, sino de una suerte de crédito blando, que implica un reintegro total en condiciones favorables, ya que no conlleva reajustes ni intereses, sino solamente una indexación a la evolución del valor de la UF.

La propuesta indica que existen tres tramos de personas que pueden hacer uso del autopréstamo, aquellos que tienen un saldo menor a igual a $1.000.000 pueden retirar la totalidad del monto, quienes tengan un saldo entre 1 y 10 millones, pueden retirar $1.000.000, y quienes tengan un saldo mayor a $10 millones pueden retirar hasta el 15% del total de su cuenta.

A simple vista, parece ser una iniciativa que cumple el criterio de cobertura de necesidades sociales, pero, preocupa que no mencione ningún mecanismo que asegure que la gente devuelva los fondos autoprestados y tampoco precisa límites de edad, por lo que personas prontas a pensionarse podrían hacer uso del beneficio, sin ningún incentivo a devolverlo.

A esto se añade que la propuesta no tiene tope al monto máximo a retirar del 15% del total de fondos acumulados, lo que permitirá que las personas con más ahorros puedan retirar montos mayores y libre de impuestos, siendo un tremendo incentivo tributario para hacerlo.

Por otro lado, consideremos que mientras más cerca está una persona de jubilar, tiene un monto mayor y más estímulo para tomar el autopréstamo, generando un mayor impacto negativo sobre su pensión futura, lo que hace la propuesta regresiva en el objetivo de mejorar las pensiones.

Según datos de la Superintendencia de Pensiones, las personas que están en el último tramo del autopréstamo girarían en promedio un saldo un poco mayor de $4,5 millones, y más de 3,3 millones de personas (33% del total de afiliados) agotarían sus ahorros previsionales. Con un efecto sobre el 13,5% del patrimonio de los fondos de pensiones, alcanzando los US $22.405 millones

Es evidente que el país necesita hacer cambios al sistema previsional y los parlamentarios deben discutir diferentes alternativas, pero siempre con el foco en beneficiar a las personas.

En ese sentido, es muy importante no perder el objetivo real de los fondos de pensiones. La base para contribuir en la construcción de un mejor modelo de pensiones es la educación financiera, partiendo por los trabajadores y el rol de las empresas en el bienestar financiero de cada uno.

Por Joaquín Ramírez, líder de Wealth en Mercer Chile

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