Todos sabemos la urgencia que ha provocado el Covid-19 a nivel mundial, pero creo que no estamos entendiendo aún a qué nos enfrentamos realmente, y no me refiero al virus en sí, ya que hay científicos en todo el globo tratando de buscar una cura, que lamentablemente tendremos recién en varios meses más, cuando varios países hayan colapsado.

El otro gran peligro de la pandemia es la mentalidad económica que tenemos, esa mentalidad que nos obliga a saciarnos, a siempre ganar algo, porque la pérdida es algo negativo en términos económicos.

Ejemplo de ello es que días atrás una persona positiva de coronavirus, que debía permanecer en cuarentena, se paseó por un mall penquista porque estaba aburrida, otro caso similar en Papudo. Estos dos casos demuestran que no podemos estar aburridos, aunque sea a costa de otras vidas, “no puedo estar sin saciarme de algo”, parece ser la consigna.

Es por eso que veo con mucho pesar que las medidas tomadas en Chile son insuficientes y no se está tomando el real peso a la emergencia. Tenemos que pasar de la calma a la alarma, porque los números a nivel mundial son de una feroz guerra que no dará tregua.

Nos lo demuestran el caso de la ciudad de Bérgamo, Italia, donde tuvieron que llevar a otras ciudades los cadáveres por falta de capacidad y las últimas noticias eran que ya no hay ataúdes. Otro caso es España, que hoy superó las mil muertes por Covid-19.

Acá se están sanitizando buses y paraderos, esto es muy peligroso porque la gente piensa que salir es seguro, y las empresas obligan a las personas a asistir a los trabajos. Esto demuestra la mentalidad económica: debemos seguir produciendo incluso a costa de vidas humanas.

Es urgente que dejemos de pensar económicamente y volvamos a pensar humanamente, es una obligación moral de todo el mundo, literalmente de todo el mundo.

Necesitamos un stand-by económico y la reactivación del sentido de que hoy la vida es más importante que un puesto de trabajo o sueldo. Somos tremendamente limitados y frágiles y hoy la historia nos vuelve a poner en nuestro lugar de criaturas finitas.

Internet está lleno de mensajes de médicos y personas de Europa suplicando que nos quedemos en casa, es la única forma de contener el virus, porque aún no hay arma de defensa efectiva contra él. #quedateencasa

Mario Mendoza Troncoso
Master Bachillerato en Teología, Facultad de Teología de Lugano, Suiza y Técnico en administración Financiera del Instituto de Estudios Bancarios Guillermo Subercaseaux, Concepción, Chile.
Ex misionero en Europa, ha habitado en 5 países y visitado 17 en tres continentes.

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