Hoy, como sociedad, tenemos la oportunidad de demostrar que también nosotros sabemos cuidar a quienes, con sacrificio y valentía, nos cuidan día a día.

La costumbre muchas veces nos hace olvidar lo extraordinario. En Chile contamos con una policía que, desde su creación en 1927, ha sido reconocida internacionalmente por su disciplina y profesionalismo. Carabineros no solo está presente en nuestro día a día, sino que también ha participado en misiones de paz de la ONU, labores humanitarias y catástrofes naturales, siempre al servicio de la patria.

En nuestro país, Carabineros ha sido históricamente una de las instituciones con mayor confianza ciudadana. Y ese reconocimiento tiene un costo: más de 1.250 carabineros han perdido la vida en servicio, convirtiéndose en mártires de Chile. Cada vez que un funcionario sale a patrullar, sabe que se enfrenta a riesgos reales, y aun así cumple con su deber.

Hoy, en el marco del “Carabinero del Centenario”, enfocado en el respeto de los derechos humanos, la eficacia en el servicio y la adaptación a los nuevos desafíos sociales, también nosotros, los ciudadanos, debemos asumir una consigna sencilla pero profunda: a Carabineros de Chile, ¡los cuidamos todos!

¿Cómo hacerlo?, con gestos simples: un saludo, un “gracias”, un reconocimiento sincero. Con respeto y colaboración frente a una fiscalización; recordando siempre que nuestros carabineros son también chilenos, con familias, sueños y sacrificios como cualquiera de nosotros.

Pero no basta con los gestos. También debemos exigir y apoyar mejores condiciones para ellos, como, por ejemplo: cumplimiento de compromisos laborales y pago oportuno de bonos; equipos modernos que resguarden su seguridad y la nuestra; erradicación del acoso y fortalecimiento de su formación; destinos laborales que respeten la cercanía con sus familias; pensiones dignas y a tiempo, como corresponde a quienes han entregado décadas de su vida al servicio público.

Y junto con ello, urge recuperar lo que siempre fue parte de la identidad de Carabineros: la presencia en las calles, patrullando en parejas de a pie, conversando con los vecinos, escuchando a la comunidad y construyendo confianza desde la cercanía. Esa visibilidad cotidiana no solo ayuda a prevenir el delito, también devuelve a los ciudadanos la tranquilidad de sentirse acompañados.

Carabineros siempre será ese amigo en tu camino. Hoy, como sociedad, tenemos la oportunidad de demostrar que también nosotros sabemos cuidar a quienes, con sacrificio y valentía, nos cuidan día a día.