Señor director:

Cada 28 de septiembre el mundo conmemora el Día Universal de Acceso a la Información, una fecha proclamada por la UNESCO para recordar que el derecho a acceder a la información pública es condición esencial para la democracia, la transparencia y la participación ciudadana.

Esta efeméride nos invita a reflexionar sobre cuánto hemos avanzado (y cuánto nos falta) en garantizar que todas las personas tengan acceso libre, oportuno y veraz a los datos e informaciones que afectan su vida cotidiana.

El acceso a la información como derecho fundamental

En Chile, en un año de elecciones presidenciales y parlamentarias, este día adquiere una relevancia especial. ¿Cómo podemos tomar decisiones informadas si desconocemos los criterios de las políticas públicas que se implementan, o si no tenemos acceso a datos de calidad? Sabiendo que la confianza en las instituciones va a la baja y que los desafíos sociales se acumulan, el derecho a acceder a la información se convierte en una herramienta concreta para fiscalizar, exigir y participar activamente en la vida pública.

Este día también nos recuerda que el acceso a la información no es un privilegio, sino un derecho fundamental. En Chile este derecho aún enfrenta obstáculos: la dispersión de datos públicos, la falta de estándares de interoperabilidad entre organismos del Estado, la opacidad en áreas sensibles como el gasto público o la toma de decisiones en crisis, además de la desinformación que circula con rapidez en los entornos digitales, erosionando la confianza ciudadana.

La alfabetización digital integral y las acciones de mediación para el debido acceso, uso y comprensión de la información pública, se vuelven entonces fundamentales para la ciudadanía. Sin estas herramientas, el derecho a la información queda incompleto.

Un desafío global con impacto local

Y este desafío es global. La transparencia estatal, la rendición de cuentas y la participación ciudadana dependen de que la información sea libre y accesible. Allí donde se limita este derecho, se debilitan los mecanismos democráticos y crece el riesgo de autoritarismo y corrupción. Por el contrario, los países que fortalecen sus marcos de acceso a la información generan ciudadanos más activos, sociedades más críticas y economías más innovadoras.

En este escenario, Wikimedia Chile busca aportar desde lo que mejor sabe hacer: promover el acceso al conocimiento. A través de proyectos como Wikipedia, Wikidata o Wikimedia Commons, trabajamos junto a comunidades de voluntarios, instituciones públicas y educativas para asegurar que la información esté disponible de forma abierta y colaborativa.

Desde programas de alfabetización digital y capacitación en el uso crítico de plataformas, hasta convenios con universidades, organismos públicos y archivos nacionales, el movimiento Wikimedia se ha consolidado como un actor global que ayuda a democratizar el acceso al conocimiento en beneficio de toda la sociedad.

El derecho de acceso a la información no es accesorio ni secundario: es la base misma de nuestro orden democrático. En un Chile que busca mayor cohesión y confianza, garantizar este derecho es también garantizar una ciudadanía capaz de deliberar, participar y construir futuro. Defender la información de interés público y valorar el conocimiento abierto es una tarea de todas y todos. Porque sin información libre, la democracia simplemente no puede existir.

Por: Equipo Wikimedia Chile