Solo con voluntad política hubiéramos realizado los cortafuegos en invierno o primavera, tal como lo hizo la Villa Botania.

Luego de los incendios de fines del año 2023, en la provincia de Concepción -que serían un adelanto del desastre que vendría después- elaboramos un proyecto de ley apuntando a lo más urgente y efectivo para evitar la propagación de los incendios: la realización obligatoria de cortafuegos y separar las plantaciones forestales de los centros poblados.

La crisis climática (que dicen los republicanos en el parlamento que no existe) tiene al mundo, no sólo a Chile, enfrentando una nueva realidad que es la exacerbación de los fenómenos naturales.

A modo de ejemplo, los huracanes, las tormentas de hielo, los aluviones, las inundaciones o las largas olas de calor, que traen consigo las condiciones perfectas de resequedad, altas temperaturas y fuertes vientos, que finalmente desatan las tormentas de fuego.

Los cortafuegos alrededor de Villa Botania

Fue eso lo que sucedió en febrero de 2023 y en varias otras regiones. Durante este año sucedió igual. Una tormenta de fuego afectó a la región de Valparaíso, resultando un centenar de personas fallecidas. No me atrevo a poner en esta columna la cantidad exacta de fallecidos, porque han pasado varios días y la cifra lamentablemente sigue creciendo.

Esta vez no se trató de un incendio forestal que lanza pavesas y provoca focos en viviendas. Está fue una tormenta de brasas encendidas, una ola de trozos de madera y carbón en llamas, llevadas por vientos a cincuenta kilómetros por hora, entrando en las poblaciones, atrapando a la gente en sus autos, en las micros y en sus viviendas. Eso es lo que se vivió en la quinta región y por eso la cantidad de fallecidos.

En medio de la tragedia, una isla, un grupo de 70 casas que se salvaron y no por milagro. La Villa Botania quedó intacta en medio de una gran zona devastada por las llamas. La explicación es simple: tenían cortafuegos alrededor de la población.

Recordemos, en 2023, tuvimos un mega incendio que partió en la comuna de Nacimiento y avanzó hacia el norte casi 100 km, arrasando todo en Santa Juana (literal) y llegando hasta la comuna de Coronel. ¿Por qué pasó esto? Porque la masa forestal en la Región del Bío Bío, como en otras, es homogénea y una de las modificaciones urgentes que se vuelven una prioridad, es fraccionar para poder “atajar” el fuego de una forma efectiva o confinarlo a un área determinada.

A qué apunta la Ley Corta de Incendios

En atención a todo lo anterior, la medida más urgente y necesaria es poner límite a la industria forestal. Además, alejar las plantaciones de los centros poblados, prohibiendo también el seguir plantando pinos y eucaliptus en áreas urbanas.

Es esto a lo que apuntamos con nuestro proyecto de ley, denominado ‘Ley Corta de Incendios’, para diferenciar la que propone el gobierno que es más extensa.

Buscamos entregar de manera inmediata atribuciones a los municipios con consulta a Conaf, para que obliguen a los propietarios de plantaciones forestales a que hagan cortafuegos y zonas libres de monocultivos forestales, o bien, hacer cortafuegos con personal de Conaf u otra repartición pública.

Debo señalar también, con mucha claridad, que el proyecto del gobierno, presentado por el Ministerio de Agricultura es un buen proyecto y mucho más integral que el nuestro, pero que le entrega atribuciones a un organismo inexistente como es el Servicio Nacional Forestal. Organismo cuya creación está recién en otro proyecto de ley en segundo trámite en el Congreso y aunque se apruebe hoy, entraría en régimen no antes de tres o cuatro años, por lo tanto, no nos sirve para enfrentar los incendios de los años 2024, 2025, 2026, ni 2027 y quizás cuantos años más.

Por eso hemos insistido en la aprobación de nuestro proyecto durante todo el 2023, pero no hubo la claridad ni la intención de avanzar. Solo con voluntad política hubiéramos realizado los cortafuegos en invierno o primavera, tal como lo hizo la Villa Botania, poniéndose en tabla recién en octubre y saliendo de la Cámara de Diputadas y Diputados a fin de año. Luego en el Senado no pasó absolutamente nada y se fueron de vacaciones.

Finalmente, la crisis climática nos obliga a tomar dos tipos de medidas, primero bajar las emisiones de gases de efecto invernadero para no empeorar la situación y segundo, tomar medidas de resiliencia para adaptarnos a los efectos de esta crisis.

Buscamos redistribuir el territorio y planificar de manera inteligente, tanto para prevenir los efectos de las inundaciones, los aluviones, los incendios y todos los otros desastres.

Sin embargo, lo más importante es que todas y todos debemos tener presente que era para ayer, porque la crisis climática o el cambio climático como algunas personas todavía le dicen, no es algo que vaya a venir, está desatada y estamos en medio de ella.