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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

La Municipalidad de Quilicura y la empresa Ideal han iniciado un proyecto de restauración activa para convertir un microbasural en un bosque urbano nativo en el Parque Galvarino, plantando 1.200 ejemplares de 30 especies nativas con la técnica japonesa de Akira Miyawaki. Este bosque no solo mejorará visualmente el lugar, sino que también devolverá su funcionalidad ecológica. El proyecto busca ser un refugio de biodiversidad, funcionar como barrera natural y potencial corredor biológico.

La Municipalidad de Quilicura, junto con la empresa Ideal, anunció el inicio de un proyecto de restauración activa que busca recuperar un microbasural para convertirlo en un bosque urbano nativo.

La iniciativa se enmarca en el programa “Buen Vecino“, cuyo objetivo no es solo una mejora visual, sino también devolver la funcionalidad ecológica a un suelo degradado durante años.

El proyecto se ejecutará junto a Symbiotica, consultora especializada en restauración ecológica.

La primera etapa se emplaza en el Parque Galvarino, con la implementación de un bosque de 400 metros cuadrados. En el lugar se plantaron 1.200 ejemplares de 30 especies nativas distintas.

Para ello, se utilizó el método japonés desarrollado por Akira Miyawaki en la década de 1970, caracterizado por una técnica intensiva de creación de bosques.

Este modelo imita la regeneración natural mediante una plantación de alta densidad, que integra árboles, arbustos, herbáceas y trepadoras.

Aspectos positivos del proyecto para crear bosque nativo urbano en Quilicura

A diferencia de las plazas tradicionales con pasto, cuyo propósito principal es recreativo, el bosque urbano busca consolidarse como un refugio de biodiversidad.

Se emplazará en un sector industrial de Quilicura y funcionará como barrera natural, además de ofrecer un espacio de contemplación y sombra. A ello se suma que el proyecto tiene el potencial de convertirse en un corredor biológico que conecte el cerro Renca con el valle y, eventualmente, con la Cordillera de la Costa, facilitando el desplazamiento de fauna y polinizadores.

Si bien el bosque requerirá riego durante los primeros cuatro o cinco años para “entrenar” las raíces, el objetivo es que luego sea autosuficiente, dependiendo de acuíferos subterráneos y no solo de las lluvias.

Por esta razón, se instaló un sistema de riego autocompensado con aguas de reúso provenientes de la planta de Ideal en la comuna.

“Con este proyecto, desde Ideal buscamos desafiar la noción tradicional de área verde. Nuestro bosque denso es un motor ecológico que cumple funciones vitales: baja la temperatura, captura carbono y recupera el ecosistema en un espacio que era solo escombro“, detalló Ximena Requesens, líder de Comunicaciones y Comunidades de Ideal.