Tras la determinación del Vaticano que decretó la expulsión del sacerdocio de Cristian Precht, laicos y víctimas del ahora exsacerdote hicieron un llamado a las instituciones eclesiásticas para colaborar con la justicia chilena y así facilitar las sanciones contra acusados por abusos a menores.

Uno de los denunciantes del Caso Maristas, Eneas Espinoza, señaló que la decisión del Papa Francisco es satisfactoria pero no suficiente, porque, según sus palabras, “es un delincuente sexual que aún está suelto”.

Para el vocero de la Organización de Laicos de Osorno, Juan Carlos Claret, la resolución de la Santa Sede significa un reconocimiento a los testimonios de las víctimas, pero que no garantiza que la Iglesia sea ahora un lugar seguro.

Tanto Espinoza como Claret, emplazaron al Vaticano y a la Iglesia chilena para que ambas instituciones contribuyan con la justicia para garantizar la cárcel a sacerdotes acusados por abusos a niños y adolescentes.