Hace un par de días un hecho ocurrido en el Instituto Nacional comenzó a causar polémica, estos luego que se diera a conocer que encapuchados con overoles blancos rociaron bencina a un grupo de personas, dentro de las cuales se encontraban docentes del establecimiento, la inspectora general y el rector.

Tras esta situación, y otros hechos de violencia ocurridos al interior de establecimientos educacionales de la capital, como el incendio al interior del Liceo Amunátegui en una toma o la detención y formalización de dos estudiantes del Liceo Aplicación por porte de bombas molotov, se presentó un proyecto que busca que los directores de los establecimientos puedan expulsar a quienes causen desórdenes.

Sin embargo, una situación como la que ocurrió recientemente al interior del Instituto Nacional no es primera vez que pasa, ya que una docente del Liceo Barros Borgoño denunció haber vivido lo mismo. El hecho que la afectó se produjo el 2 de noviembre del año pasado cuando encapuchados vestidos con overoles blancos intentaron realizar un corta calles en San Diego en las afueras del Liceo Barros Borgoño.

Daniela Torres, asistente de educación del establecimiento, denunció que estos encapuchados, que estaban tanto al exterior como al interior del liceo, intentaron abrir el portón que ella estaba sujetando. No obstante, ella los encaró, les prohibió el paso y amenazó con sacarles la capucha si es que se acercaban. Pese a estas órdenes, las personas no obedecieron y gritaron incluso que le lanzaran bencina.

En conversación con BioBioChile, Daniela Torres denunció que “decidimos interponernos para que ellos no saliera. Yo me puse en la puerta del liceo, hubo un buen rato que estuvimos peleando con los encapuchados para que ellos no salieran. Después de ello desde afuera me tiran bencina”.

“No les iba a dar en el gusto de que ellos hicieran corta calles nuevamente, ya estábamos aburridos de eso”, añadió. Tras el ataque, Daniela realizó la denuncia en Carabineros y la Superintendencia de Educación, pero acusó que “todo quedó en nada”.

“La Superintendencia cerró la investigación porque dijo que el colegio ya había hecho todos los protocolos correspondientes para evitar este tipo de incidentes”, agregó. Además indicó que en aquel periodo también se hizo un proceso de investigación con 20 alumnos del establecimiento, dentro de los cuales algunos fueron expulsados y a otros se les canceló la matrícula.

Tras este ataque, Daniela señaló que no quedó con lesiones físicas, pero que estuvo dos meses sin acercarse al establecimiento y además estuvo con fármacos y terapia psicológica para superar la crisis de pánico.

Sobre el por qué realizó la denuncia ahora, explicó que “yo no quiero que le vuelva a pasar a nadie. No quiero que haya una desgracia para que se puedan tomar medidas, me interesa que no vuelva a ocurrir”.

Respuesta desde el Municipio de Santiago

La afectada además denunció que desde la Municipalidad de Santiago, entidad que es la sostenedora del Liceo Barros Borgoño, no hicieron nada por su causa, pese a que ha se la había comentado al alcalde Felipe Alessandri.

Debido a esto, la autoridad comunal indicó que “ella puso los antecedentes a disposición de la Dirección de Educación, de Carabineros y también de la Superintendencia de Educación”.

Sobre el video sostuvo que recién se enteró de su existencia esta jornada, por lo que considera que “podemos ver imágenes a ver si junto al director podemos establecer quiénes son estos alumnos, si es que todavía están y si es que son alumnos”.

“La Dirección de Educación sí nos informó del video, pero no lo vi yo hasta el día de hoy”, sostuvo. A esto añadió que también le contaron que habían iniciado la investigación, sin embargo, “al parecer no fueron suficientes las pruebas”, comentó.

No obstante, Alessandri señaló que realizarán una nueva investigación.