Tras descartarse la presencia de elementos acelerantes en el incendio que consumió por completo un retén de Carabineros en la comuna de Quilaco, el delegado presidencial (r) en el Bío Bío, Ignacio Fica, calificó de prematuro atribuir el siniestro a un atentado. Mientras tanto, las pericias en el lugar continúan.

Tras el descarte de la presencia de acelerantes, pero aún con diligencias pendientes, el Gobierno calificó de apresurado hablar de un atentado por el incendio que destruyó el retén de Carabineros de Rucalhue en Quilaco la noche del 1 de enero, en la región del Bío Bío.

Como lo informó La Radio en su oportunidad, el siniestro afectó la estructura de madera ubicada a 10 kilómetros de Quilaco a eso de las 23:00 horas del 1 de enero.

Pese a que Bomberos tanto de esa ciudad con apoyo de sus pares de Santa Bárbara llegaron al lugar a los pocos minutos, se vieron imposibilitados de atacar las llamas desde una distancia cercana, ya que no fue posible recuperar el armamento y las municiones que había en su interior, lo que significó un peligro para la integridad de los voluntarios.

Por disposición del Ministerio Público, Carabineros del Laboratorio de Criminalística (Labocar) de Concepción se hicieron cargo de la investigación para establecer el origen de las llamas y esclarecer si se trató de un hecho fortuito o fue intencional.

De visita en Los Ángeles, el Delegado Presidencial Regional subrogante Ignacio Fica, dio a conocer que ya se entregó un primer informe pericial por parte de la policía uniformada y a su juicio, es prematuro hablar de un atentado ya que no hay presencia de acelerantes en el incendio.

Por lo pronto, el ejecutivo estudia la posibilidad de instalar un cuartel móvil en el lugar del siniestrado retén de Carabineros de Rucalhue para que la comunidad que allí vive no quede desprotegida en materia de seguridad.