El arzobispo de Concepción, Fernando Chomali, llamó al diálogo y a la esperanza en medio de la crisis que se vive en nuestro país, un “clamor del pueblo chileno que se veía venir”.

A través de una declaración, dirigida a los católicos y a las personas de buena voluntad de la arquidiócesis, manifestó que a lo largo y ancho de Chile se respira “el dolor y la frustración de tantas personas que tienen múltiples dificultades para vivir dignamente, para educar a sus hijos, para curar sus enfermedades, para tener una pensión digna al final de su vida laboral”.

En ese contexto, afirmó que “no podemos sino acompañarlos y reconocer con claridad y sin ambigüedades que sus demandas son justas”.

La autoridad eclesiástica agregó que duele que Chile se presente ante el mundo como un país exitoso, mientras en las mesas de muchos chilenos están las migajas que sobran de las mesas de otros.

¿Qué nos pasó?

En el escrito, Chomali se pregunta ¿qué nos pasó? y afirma que, desde una lectura teológica, se aprecia que se pretendió construir una sociedad al margen de Dios y que terminó en contra del propio hombre.

En ese sentido, sostiene que la avaricia, el egoísmo, la falta de escrúpulos, la ausencia del sentido de comunidad y el amor del dinero se apoderaron de algunos, llevándolos de hacer prevalecer sus intereses personales por sobre el bien de la comunidad.

“Ahí está la raíz de los escándalos financieros, los actos de corrupción y cohecho, el abuso de todo tipo, el tráfico de influencias y la evasión tributaria que tanto daño ha hecho a los más pobres, al tejido social, a la fe pública. Y que además, ha empañado la credibilidad en las instituciones y debilitado la democracia”.

La invitación de la Iglesia

Fernando Chomali explicó que la Iglesia Católica no tiene soluciones técnicas para resolver las graves deficiencias en el ámbito de la salud, la educación, las pensiones, el endeudamiento y la vivienda.

Pero sí invita “a valorar lo social por sobre lo individual; a poner en primer lugar a las personas, la ética y los valores espirituales, y no a las cosas, la técnica y los bienes materiales; a dejar de lado las ostentaciones que hieren el alma de los que nada tienen”.

El arzobispo dijo que este es un momento propicio para recordar “que urge más solidaridad entre nosotros”.

Asimismo aseveró que “los tiempos exigen que cada uno de nosotros realice un examen de conciencia para ver de qué manera con nuestros actos y omisiones hemos fomentado, avalado o tolerado esta espiral de inequidad en los económico, en lo social, y en el acceso a oportunidades que se aprecia en el país”.

En el escrito, agrega que es necesario mirar la realidad a través de los ojos de la fe y “hacer vida el Evangelio”, llevándolo a obras concretas en el modo de proceder, en pedir perdón y reparar el daño causado.

“El anuncio del Presidente de la República es un primer paso que debemos acoger y ayudar a implementar y enriquecer entre todos”, señaló.

Chomali rechazó “todo acto de violencia que atente contra las personas, los bienes públicos y las fuentes de trabajo de tantos chilenos” e invitó a “sembrar esperanza, diálogo y amor, y sobre todo a ser testimonios vivos del Evangelio, que nos invita a ser humildes y a servir, y no a ser servidos”.

“Estos no son los tiempos de la arrogancia, de la prepotencia y del creerse superior de los demás”, puntualizó.