"Salvemos al Proa" es la campaña que el emblemático bar de Valparaíso realizará los próximos fines de semana para evitar cerrar. En conversación con BioBioChile, el sostenedor del local ubicado en zona de conservación histórica explicó los múltiples obstáculos que le ha impuesto el Consejo de Monumentos, lo que finalmente desembocó en la reciente clausura que ahora buscan revertir.

El emblemático Bar Proa de Valparaíso se niega a morir. Así lo informaron en sus redes sociales, donde anunciaron sus próximos eventos de fin de semana. Con ellos buscan concientizar a la comunidad de la importancia de conservar el patrimonio, fin que ha sido paradójicamente obstaculizado al local por el Consejo de Monumentos.

Se trata de un clásico de la bohemia porteña, que funciona desde 1900 en calle Errázuriz, zona de conservación histórica de la comuna puerto.

Y es este último detalle el que ha significado un obstáculo para que los nuevos dueños -que se instalaron en 2015- puedan darle continuidad al funcionamiento del local. Esto porque según explicaron, necesitan una autorización del Consejo de Monumentos para mejorar la estructura afectada por un incendio de antaño.

“Nosotros tomamos el local con propiedad, y el 2015 habilitamos la mitad del tercer piso, que estaba abandonado desde 1975, luego del siniestro”, explicó Rodrigo González, dueño de Proa, en conversación con BioBioChile.

El bar necesita ocupar el piso en su totalidad para seguir existiendo, y para ello, presentaron un proyecto ante el Consejo de Monumentos con el fin de hermosear y reconstruir el espacio. Lamentablemente, tras una millonaria inversión en las 3 propuestas, todas fueron rechazadas por el organismo estatal.

Bar Proa de Valparaíso
Cedidas a BBCL

“Burocracia y centralismo”

Fue en la presentación del primer proyecto, en 2015, cuando comenzaron los problemas. En primera instancia, les solicitaron esperar un año y medio para la resolución.

Cuando se cumplió el periodo, tal como confirmó González, les rechazaron el proyecto.

En un segundo intento, los asesoró una consejera del mismo organismo, quien sugirió ideas para la reedificación. Finalmente, ese mismo proyecto fue rechazado por el Consejo, nuevamente.

González no supo las razones de la negativa -considerando que una misma miembro los orientó- hasta la contratación de un nuevo arquitecto en 2018, quien averiguó que finalmente “fue porque Santiago no quiere terrazas abiertas en la zona patrimonial del puerto”.

“Así de absurdo es, ellos no tienen idea lo que pasa en Valparaíso, pero las decisiones las toman en Santiago”, expresó.

Reformulada la propuesta con el profesional citado, esta fue nuevamente rechazada.

“Nos piden un absurdo, una reconstrucción histórica que cuesta 500 millones de pesos, lo que claramente como arrendatarios no podemos costear, menos con los gastos, deudas y pérdidas que arrastramos desde pandemia, está fuera de toda posibilidad”, lamentó.

Cabe señalar que para la presentación de los tres proyectos, hubo un gasto total de más de 50 millones de pesos, “con ese dinero hay personas que se construyen una casa”, sentenció al respecto González.

“El patrimonio no te beneficia, obstaculiza al privado que quiere invertir”

Así las cosas, Rodrigo González deslizó una crítica hacia la burocracia con la que se ha enfrentado desde hace 7 años.

Indicó que lejos de que situarse en una zona de conservación patrimonial beneficie a quien quiera invertir en las estructuras, perjudica al privado que precisamente quisiera aportar en la conservación de los mobiliarios para un beneficio mutuo.

“Eso es lo que pasa con Valparaíso, por eso tanto patrimonio está abandonado y luego se cae a pedazos. Se entiende que el patrimonio es algo sociocultural, pero en cuanto a estructura, no hay preocupación”, acusó.

Agregaron además que, “no es posible que se le ponga tanta traba a la inversión privada que busca restaurar un edificio que de otra manera será una ratonera más”.

Rescatando al Proa

A modo de seguir recibiendo a su público y buscar una pronta solución para desentramparse de lo relatado, el mítico Bar Proa funcionará con patentes temporales, lo que les permitirá atender en el lugar los viernes y sábados.

“Rescatando al Proa”, es la campaña que anunciaron en sus redes sociales, y para la misma, ya organizaron eventos que comienzan desde este fin de semana del 2 de diciembre.

“Los esperamos este fin de semana, viernes y sábado (…)Porque el patrimonio es cultura y es la memoria viva de sus habitantes”, anunciaron.

“Es por cada mensaje de apoyo de ustedes, por todo el cariño y reconocimiento y por nuestro profundo compromiso, por la historia y por lo que el Proa implica para Valparaíso, es que hemos decidido iniciar una campaña para ir al rescate de este emblemático espacio porteño”, dijeron.

Bar Proa de Valparaíso
Cedidas a BBCL

Apoyo de la Municipalidad de Valparaíso

Junto con agradecer los llamados de apoyo que los concurrentes le proporcionaron tras el cierre, destacan el de la Municipalidad de Valparaíso, “quien junto a su equipo de desarrollo económico nos pusimos a buscar soluciones”.

Con ello, manifestaron que se han convergido las voluntades necesarias y que, junto a los cambios realizados a la ley de rentas municipales es que después de muchos años en conflicto podrían acceder al cambio de dueño de las patentes, por lo mismo es tan importante el éxito de los eventos de fin de semana programados.

Pese a los reiterados requerimientos de BioBioChile, hasta el cierre de esta edición el Consejo de Monumentos no entregó respuestas al medio sobre el caso de Bar Proa.