Inundaciones, daños a equipos médicos y postergaciones a los pacientes, son algunas de las consecuencias que dejó el sistema frontal en Valparaíso. El llamado fue a las autoridades para prevenir futuras emergencias.

Boxes médicos, pasillos y comedores inundados; daños en paredes y techumbres, e incluso la suspensión de la atención de pacientes, han sido parte del panorama que se ha repetido durante los dos sistemas frontales que ha enfrentado este año la región de Valparaíso.

Una situación que ha generado daños a equipos médicos y a la misma infraestructura, y que obstaculiza la entrega de una atención digna a los pacientes de los diversos sistemas de salud.

Tras las lluvias del viernes, el Cesfam de Quebrada Verde en Valparaíso, el de Pompeya en Quilpué y los de Pedegua y de Chincolco en Petorca, fueron los más afectados a raíz de filtraciones. Paola Muñoz, presidenta de Confusam en la región de Valparaíso, llamó a las autoridades locales a prevenir futuras emergencias.

“Lo que nosotros queremos poner en la mesa, más que buscar el culpable, es que es necesario empezar a preocuparse y prevenir (…) Prevenir es mejor que curar”, expresó.

Considerando que todavía no comienza la temporada de invierno, a la presidenta regional le preocupa lo que pueda ocurrir ante un frente de mal tiempo de mayor envergadura.

Lo mismo expresa Fernando Kursan, otro de los dirigentes de la organización sindical, quien advierte que el deterioro de la infraestructura sanitaria iría ligado a la falta de recursos.

Según aseguran desde la Confusam, y como pudo confirmar La Radio, el gremio se ha reunido con la Secretaría Regional Ministerial de Salud con el objetivo de encontrar respuestas de corto y largo plazo ante este tema.

La agrupación también apunta al rol de los encargados de Emergencias de los servicios sanitarios, a los que en rigor correspondería actuar para disminuir el riesgo que hoy presentan -ante la eventualidad de lluvias- los centros de salud para sus pacientes y trabajadores.