Para quienes a diario tienen un techo donde estar en familia, sin consumos problemáticos de alcohol o drogas, y con todas las alimentaciones diarias, vivir en la calle es algo lejano.

En las últimas semanas en la región de Los Lagos, tres personas evidenciaron que peor que vivir en la vía pública, es morir en ella.

El 25 De junio, en Quellón, extremo sur de Chiloé, Marcelo Díaz Oyarzo, de 34 años, murió por hipotermia bajo la mesa de una feria, frente a la comisaría de Carabineros. Según los antecedentes proporcionados por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, comúnmente pernoctaba en una lancha abandonada junto a sus compañeros.

Se dijo que formó parte de un centro de acogida, pero tras reiterados conflictos en el lugar, no siguió asistiendo.

El día de su deceso, el termómetro marcó 1 grado, y no sería hasta las 10.30 de la mañana siguiente que el amigo con quien dormía se da cuenta que Marcelo ya no respiraba.

A menos de un mes, el 5 de Julio, en pleno centro de Puerto Montt, en la avenida Diego Portales, frente al Terminal de Buses, fue encontrado sin vida Jorge Muñoz, alias “El Maradona” de 47 años.

Oriundo de Punta Arenas, llegó hace 25 años a la ciudad, trabajó en la Galería España y estuvo 14 años en pareja, hasta que el consumo de alcohol y la violencia intrafamiliar terminaron con la relación. Desde ahí, ya sin lazos familiares y preso de su alcoholismo, murió a causa de una neumopatía.

“Las herramientas del sistema, para ambos se agotaron, nada se puede hacer si no hay voluntad propia sentencia el Gobierno”, declaró la seremi de Desarrollo Social, Soraya Said.

El 8 De julio, en población 22 De Mayo en Puerto Montt, Juan Gaez, de 61 años, tiritaba de frío. El hombre presentaba enfermedades de base y estaba inmerso en el alcohol, lo que lo había dejado en la calle.

Por la noche, algunos vecinos le ofrecieron un café y frazadas. Le pidieron también que fuera a un albergue, lo que Juan no aceptó, ya de mañana, los esfuerzos médicos para salvarle la vida eran infructuosos.

La seremi Soraya Said aseguró que ahora, tras las muertes y entendiendo que hay personas que definitivamente no adhieren a las opciones que se dan, entregarán carpas y ropa de montaña. Es decir, si se quieren quedar en la calle, que lo hagan, pero con herramientas que los ayuden a soportar las bajas temperaturas.

La autoridad de Gobierno aseguró que Carabineros velará para que esos utensilios no sean robados, se reforzarán las rutas y buscarán formas para estar atentos a su situación… si hasta test PCR les quieren hacer para saber si es que alguno está contagiado con el temido coronavirus, a 4 meses de iniciada la pandemia.

¿Es suficiente para evitar los fallecimientos? ¿Se puede hacer algo más?

Tres hombres murieron y ahora llega la ayuda del Estado. Esa que trae sacos de dormir, carpas, ropa de montaña para los que “por su voluntad”, nos dicen, están viviendo en esas condiciones.

Respecto a qué puede hacer el resto de la ciudadanía. La recomendación es a no quedar indiferente, darse el tiempo, hablarles, pedir ayuda al SAMU, Bomberos, Carabineros o contactarse al fono calle 800 104 777.