Durante la mañana de este lunes, la Escuela Rural de Ayacara en la región de Los Lagos amaneció tomada por los apoderados, quienes están hartos de las malas condiciones del recinto.

Viviana Merino, vocera de la movilización, declaró a Radio Bío Bío que la escuela tiene una construcción de nueve años, sin embargo, ya cuenta con múltiples goteras, desprendimiento de techumbre en el comedor, el gimnasio se encuentra sin poder utilizarse, y la humedad es tal que las paredes del establecimiento presentan hongos.

De acuerdo a Merino, la alcaldesa de Chaitén, Clara Lazcano, manifestó que los recursos no existen para realizar reparaciones de manera inmediata y pidió un plazo de cuatro a seis meses para comenzar a trabajar.

Tras esta respuesta, los apoderados manifestaron que no enviarán a los estudiantes a clases porque no van a exponer a sus hijos a semejantes condiciones, y solicitaron la visita inmediata del gobernador de la provincia de Palena, Osvaldo Oelckers, y el intendente regional de Los Lagos, Harry Jürgensen.

“A partir del año de uso del establecimiento, empezaron a aparecer deterioro de goteras, de filtraciones”, señaló Viviana, afirmando que enviaron fotografías y videos para mostrar el daño evidente del recinto. “Si se hubiese hecho un mantenimiento como debía, no estaríamos en esta situación”.

La escuela presenta cursos desde pre básica hasta cuarto medio con una matrícula de 200 estudiantes aproximadamente, cuyos apoderados mantendrán la toma de manera indefinida junto al Centro de Estudiantes, si es que las autoridades no se presentan en la zona para dar una situación definitiva a este gran problema.

“Una frazadita en sus mochilas”

Este no es el primer caso de una escuela en la región de Los Lagos donde se denuncian malas condiciones para realizar clases. La semana pasada los docentes y funcionarios de la escuela Arturo Alessandri Palma de Frutillar paralizaron las actividades por la misma razón que en Ayacara.

Según denunciaron los docentes, han llevado calefactores desde sus hogares al colegio para el bienestar de sus alumnos, y además los escolares debieron agregar “una frazadita en sus mochilas” para así protegerse del frío, puesto que durante el verano no fueron instaladas las estufas a combustión lenta comprometidas, lo que es grave considerando el clima de la región.

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