El exjuez español Baltasar Garzón conocido en nuestro país por decretar una orden de detención internacional contra el exdictador Augusto Pinochet, en 1998, que llevó a su detención en Londres durante casi dos años, envío un mensaje al pueblo mapuche en Chile.

En una carta firmada por el jurista, Garzón se refirió a la situación del machi Celestino Cordóva, señalando que espera que “se escuchen las legítimas demandas del pueblo Mapuche”.

Celestino Córdova retomó la huelga de hambre al interior de la cárcel de Temuco, exigiendo el cambio de lugar del cumplimiento de condena en el contexto de la emergencia sanitaria. De acuerdo a la vocera del machi, en los días que lleva con esta medida a bajado más de 10 kilos, presentando desmayos y severo deterioro de su estado general.

Garzón pidió también que se esclarezcan los hechos en la muerte de Alejandro Treuquil, lonco asesinado al interior de una comunidad mapuche en la comuna de Collipulli entregando su solidaridad a la familia.

Además, se refirió a los detenidos por el estallido social y a las medidas tomadas por el Gobierno ante la pandemia del Covid-19, afirmando que “me indigna saber que poco o nada ha hecho el gobierno encabezado por Sebastián Piñera, que ha convertido un mezquino acto de caridad en propaganda política y un vacío y grotesco espectáculo mediático”.

Lee la carta completa aquí:

SALUDO AL PUEBLO DE CHILE 13 de junio de 2020

Queridas amigas, queridos amigos del pueblo Mapuche, queridas amigas y queridos amigos del pueblo de Chile:

Les habla Baltasar Garzón. Reciban un afectuoso saludo desde Madrid.

Primero que todo, quiero agradecer el mensaje de aliento que me enviaron miembros de la nación Mapuche cuando me encontraba hospitalizado que, junto con otros saludos recibidos de tantas otras latitudes, me dieron fuerzas en los momentos más difíciles de la enfermedad provocada por la Covid-19.

Sigo con enorme preocupación los acontecimientos que aquejan a Chile, país tan querido para mí. Son muchos quienes han tenido que decidir entre guardar cuarentena en casa y soportar el hambre o salir a la calle a trabajar para poder llevar algo que comer al hogar, arriesgándose a un contagio de una enfermedad que ya se ha cobrado demasiadas vidas.

Me indigna saber que poco o nada ha hecho el gobierno encabezado por Sebastián Piñera, que ha convertido un mezquino acto de caridad en propaganda política y un vacío y grotesco espectáculo mediático, cuando lo que se necesita es solidaridad real y justicia social.

Me preocupan los presos del estallido social, que siguen encarcelados a pesar de que se les imputan delitos menores, lo que contrasta, verdaderamente, en forma llamativa, con la impunidad generalizada de policías y militares que han cometido violaciones masivas y sistemáticas a los derechos humanos.

Deseo hacer llegar un especial saludo al Machi Celestino Córdova, que este domingo cumple 43 días en Huelga de Hambre, como protesta por las condiciones carcelarias a las que están sometidos los Presos Políticos Mapuches en tiempos de pandemia.

Mi más entrañable y cariñoso saludo a la familia de Alejandro Treuquil, de 37 años, cobardemente asesinado el 4 de junio pasado. Toda mi solidaridad para Andrea Neculpán, su viuda, y toda mi solidaridad para sus tres hijos.

Pido a las autoridades competentes chilenas que esclarezcan estos hechos, que hagan justicia, verdadera justicia, con igualdad e imparcialidad, que respeten el Convenio 169 de la OIT, que se escuchen las legítimas demandas del pueblo Mapuche, pueblo originario de Chile, que con su ancestral sabiduría ha enseñado al mundo entero que la naturaleza está siempre mejor cuidada por quienes se sienten parte de la tierra que por quienes se adueñan de ella para devastar sus recursos naturales.

Reciban en estos momentos difíciles un abrazo fraterno, un abrazo grande, de este amigo incondicional del pueblo chileno, admirador de la valentía del pueblo Mapuche, del ejemplo de consecuencia de Salvador Allende, de la Poesía de Gabriela Mistral y Pablo Neruda, de la música de Violeta Parra y Víctor Jara.

Un fuerte abrazo,

Baltasar Garzón