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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El exconvencional y economista Bernardo Fontaine desmintió a través de su cuenta de Twitter su vinculación con una red de bots que atacan a candidatas presidenciales, rechazando cualquier participación en ataques con mentiras. Fontaine aseguró que siempre ha defendido que los trabajadores, no el Estado, son dueños de sus ahorros previsionales. Una investigación de Reportea reveló una conexión entre la Asociación de AFP (AAFP) y la fundación Ciudadanos en Acción, liderada por Fontaine, para crear una campaña digital en contra de la reforma de pensiones. Esta campaña incluía millonarias inversiones y vínculos con cuentas de bots que atacaban a Jeannette Jara y Evelyn Matthei.

A través de su cuenta de X, el exconvencional y economista Bernardo Fontaine desmintió una denuncia que lo vincula con una red de bots que a través de redes sociales atacan a las candidatas presidenciales.

Al respecto, Fontaine escribió: “Siempre he defendido por convicción que los trabajadores y no el Estado, son dueños de sus ahorros previsionales y libres de elegir administrador”.

Agregando “no defiendo las AFPs. No ataco ni participo de redes que ataquen con mentiras a candidatos y las rechazo. Mis opiniones son públicas”.

Recordemos que fue una investigación de Reportea que dio cuenta de lo que sería una conexión entre la Asociación de AFP (AAFP) y la fundación Ciudadanos en Acción, liderada por el aludido, para crear una campaña digital en contra de la reforma de pensiones.

Dicha campaña no solo contemplaría millonarias inversiones, sino también vínculos con cuentas de bots que tenían por objetivo atacaran a las aspirantes a La Moneda, Jeannette Jara (del Pacto Unidado por Chile) y Evelyn Matthei (Chile Vamos, Demócratas y Amarillos).

Según fuentes directivas de la AAFP y agencias de comunicación que hablaron con el medio antes citado, la coordinación del despliegue digital se realizaba a través de reuniones donde, incluso, se hablaba de “hacer maldades” para instalar mensajes favorables a la industria y atacar a quienes promovían cambios previsionales.