El diputado socialista Jaime Naranjo lo llamó "un invitado de piedra", que no aportó "nada" a la discusión y le enrostró que debió mostrar la misma rapidez cuando tuvo que ser citado tres veces a la comisión investigadora.

Fueron alrededor de 70 minutos, que encontraron la manera de ser lo más relevante que ha pasado en la Comisión Revisora y al mismo tiempo, lo más inútil.

El trabajo de la instancia de la Acusación Constitucional contra el ministro de Vivienda, Carlos Montes, ha sido inconsistente, incómodo y ha ofrecido pocos momentos que puedan resultar decisivos para lo que terminará ocurriendo en sala este jueves.

Cuando el diputado UDI, Christián Labbé, confirmó que el jefe asesor del segundo piso de La Moneda, Miguel Crispi, asistiría a la comisión, hubo genuina sorpresa. Alguno comentó que era dar ‘oxígeno innecesario’ a un juicio político que se ha debatido en su totalidad, en días sin trabajo legislativo.

Entró en silencio a eso de las 5 de la tarde a la comisión, respondió poco menos de la mitad de lo que se preguntó y les advirtió a los parlamentarios que él era una persona ‘muy institucional’: No contestó nada por fuera de las competencias de su cargo ni el propósito puntual de la acusación a Montes.

Miguel Crispi compareció hace dos meses en la Comisión Investigadora del Caso Convenios.

La tarde del martes, mantuvo los mismos hechos y defendió la decisión que ha seguido siendo cuestionada: Informar el 7 de enero a la subsecretaria de Vivienda de ese momento, Tatiana Rojas, del ‘rumor’ que terminó siendo el caso de Democracia Viva.

La oposición reconoce un escenario adverso. Podría incluso, ser una acusación que no logre pasar el examen de admisibilidad y sea rechazada en la llamada ‘cuestión previa’: Hasta ahora todo indica que será deducida por la defensa el jueves en el hemiciclo.

Quedaron esperablemente disconformes, Crispi no entregó ningún antecedente nuevo. Le preguntaron si habló con Montes, si él estaba en conocimiento de cuándo se enteró el ministro. Hasta le preguntaron su opinión por la carta que escribió desde la cárcel, Daniel Andrade.

Christián Labbé, diputado UDI que invitó a Crispi, reconoce que está compleja la aprobación en sala y apunta que ésto tiene que ver con el ’empate’ entre las dos almas del oficialismo: Según él, la salida o permanencia de Montes, está amarrada a la de Crispi.

Es un hecho conocido que en el socialismo democrático han planteado en privado y en público que Miguel Crispi hace rato debió salir de su cargo y tampoco es un secreto de Estado que les gustaría que la centro izquierda esté más cerca del oído del Presidente. Inadvertidamente, esa tensión entre coaliciones asomó su cabeza en la comisión.

El diputado socialista, Jaime Naranjo, fue el primero en hablar. Le preguntó con molestia a Crispi su profesión y le enrostró al asesor de La Moneda que haya ‘aparecido tan rápidamente’, cuando ‘costó tanto’ que asistiera a la comisión investigadora del Caso Convenios.

En conversación con La Radio, Naranjo fue categórico: No fue oportuna la invitación ni que él la haya aceptado. Dijo varias veces que en ningún capítulo es mencionado y que no aportó en nada más que en desviar la atención del día en que lo más importante era escuchar a la defensa de Montes.

Naranjo dijo que la derecha fue más hábil que quienes le aconsejaron a Crispi que fuese a la comisión. Hasta lo trató de un ‘invitado de piedra’.

El diputado de Acción Humanista, Tomás Hirsch, se muestra como alguien que a cada momento está pensando que todo esto es una colosal pérdida de tiempo. De hecho, lo ha planteado expresamente.

Quizás éste fue el episodio que más pasma al parlamentario oficialista: Dijo que no entendió por qué invitaron a Crispi y hasta señaló que los mismos parlamentarios que lo invitaron parecían no saber qué preguntarle.

En todo caso, por muy positivo que sea el pronóstico para las fuerzas de gobierno, Hirsch espera que en estas próximas horas, se hable con todos para asegurar la caída del juicio político.

Pablo Ruiz Tagle, abogado del ministro Montes y decano de la facultad de derecho de la Universidad de Chile, terminó apareciendo como una suerte de preámbulo para la asistencia de Crispi.

En un tono pausado y técnico fue argumentando contra la acusación, pero los apuntes más duros los haría después en declaraciones. Dijo que había normas ‘inventadas’ en la acusación y que el concepto de ‘responsabilidad objetiva’ estaba mal aplicado.

El académico también ratificó que deducirán la cuestión previa.

Fuentes de La Radio aseguran que sería la diputada ex PDG, Yovana Ahumada, la que sería la acusadora en la Sala de la Cámara de Diputadas y Diputados el jueves, a falta de la votación de esta jornada de la comisión.