Investigación que analizó las competencias docentes del s. XXI en la Formación Inicial Docente (FID) chilena detectó además la necesidad de potenciar el uso responsable de las TICs y la concientización de aspectos relativos a diversidad e inclusión.
Un total de 11 programas de Pedagogía en Educación Básica de planteles públicos y privados, correspondientes a un tercio de las universidades que imparten pedagogía en el país, fueron parte del análisis que permitió la elaboración del estudio “Formación Inicial Docente para el siglo XXI” (FID) desarrollado por Elige Educar, Anglo American y el Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación UC (CEPPE UC).
Esta revisión de casos analizó la presencia y desarrollo de competencias docentes del siglo XXI, necesarias para enfrentar los desafíos de la reactivación educativa, en un contexto altamente cambiante.
La investigación identificó tres grandes desafíos para la FID: el trabajo de habilidades socioemocionales para el desarrollo profesional, la necesidad de potenciar el uso responsable de las TICs y la concientización de aspectos relativos a diversidad e inclusión en las aulas.
¿Replantear la Formación Inicial Docente?
Magdalena Claro, directora de CEPPE UC, comentó que los cambios sociales y tecnológicos que estamos viviendo “nos ha hecho replantearnos la pertinencia de la formación de los docentes para enseñar a nuevas generaciones que están creciendo en un mundo muy distinto al que teníamos hace unas pocas décadas atrás”.
“Por lo tanto, tenemos que innovar para ver de qué manera generamos una formación en capacidades más pertinentes para los tiempos que estamos viviendo”, agregó Claro.
En esta misma línea, Constanza Gómez, directora de Investigación de Elige Educar, explicó que “si bien la FID ha avanzado en la incorporación de gran parte de las competencias docentes del siglo XXI, es imperativo el llamado a reflexionar y a analizar permanentemente las necesidades del sistema educativo porque cambian y se intensifican rápidamente”.
“Un ejemplo claro es el de la necesidad de fortalecer el apoyo al desarrollo socioemocional, aspecto que se vio fuertemente afectado durante la pandemia y que, según la evidencia, impacta directamente en los aprendizajes curriculares del estudiantado”, mencionó Gómez.
La investigación también levantó elementos positivos, vinculados a que estos programas efectivamente preparan a sus estudiantes para el proceso de enseñanza y aprendizaje, la creación de un ambiente propicio para él, que incluye a los alumnos y responsabilidades profesionales.
Compromiso con la FID
Autoridades, académicos y miembros de comunidades educativas se reunieron en el encuentro “Formación Inicial Docente para el siglo XXI” que se realizó el pasado 17 de agosto.
En dicha instancia se presentaron los resultados del estudio y, luego, se reflexionó en conjunto sobre las posibilidades de mejora del sistema. En este espacio hubo un panel de expertos y cinco mesas de discusión en que se abordó la innovación educativa, política educativa y Formación Inicial Docente.
Al respecto, Nicole Cisternas, directora de Educación de Anglo American, sostuvo que “el trabajo con los docentes es fundamental y, por lo tanto, articular esfuerzos conjuntos, miradas y visiones en torno a un proceso tan relevante como la FID permite impulsar las transformaciones que se necesitan para mejorar los aprendizajes de nuestro país”.
“Cualquier iniciativa que avance en articular esfuerzos y voces de distintos actores en este panorama es importante para seguir avanzando en la tarea compleja que tenemos por delante”, agregó Cisternas.
Asimismo, Lilia Concha, directora del Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigación Pedagógica (CPEIP) del Ministerio de Educación, valoró los aportes de estas iniciativas a la formación docente.
“El derecho a la educación pública se garantiza desde la preocupación de la formación docente, y, por eso, poder estar conversando con organismos internacionales, con actores de fundaciones y profesionales que desde distintos lugares están aportando al desarrollo profesional docente, iluminan la política pública”, dijo Concha.
Adaptación y flexibilidad: claves para la Formación Inicial Docente
Al analizar los resultados del estudio, los investigadores concluyeron que el sistema necesita de mayor flexibilidad y adaptación para incluir en los procesos formativos de los futuros docentes aquellos desafíos vinculados a su contexto.
En este sentido, Francisco Gárate, coordinador de Educación de la Organización de Estados Iberoamericanos, oficina Chile, participante del encuentro, planteó que “con esta investigación se profundizan distintos elementos que vienen desde el diagnóstico más cotidiano, pero que hoy día se reflejan a través de datos, números y certezas de lo que se va desarrollando”.
“También nos pone en relieve y en valor cómo deben ir las políticas públicas, orientando a dar respuesta a estas preguntas y, de alguna manera, reparar las deficiencias que se han encontrado”, indicó Gárate.