Chicha artesanal, celulares, chips, entre otros, son algunos de los "elementos prohibidos" que se le incautaron a la candidata constituyente del PDG, Karla Añes, durante su paso por la cárcel.

Este jueves se dieron a conocer las distintas sanciones que se le aplicaron a la candidata constituyente, Karla Añes Gajardo, mientras cumplía una condena por narcotráfico.

Recordemos que tras darse a conocer este caso, el Partido de la Gente quitó su apoyo a la postulante de la región de Arica y Parinacota, para las próximas elecciones del 7 de mayo.

La candidata fue condenada a 5 años y 1 día tras ser detenida por porte ilegal de drogas en terminal de Santiago, en la región Metropolitana. Sin embargo, esta no es la primera condena que afecta a Karla Añes. Un año antes, en febrero de 2009, la candidata del PDG fue detenida, procesada y condenada en un juicio abreviado por el delito de tráfico ilícito de estupefacientes en pequeñas cantidades. Fue condenada a 61 días de presidio.

Incluso, el líder del Partido de la Gente, Franco Parisi, dijo que no estaban los antecedentes a la vista respecto de la candidata constitucional.

Candidata constitucional condenada por narcotráfico

A raíz de esto, La Tercera pudo verificar que Añes fue sancionada en cinco oportunidades por personal de Gendarmería, principalmente por mantener “elementos prohibidos” al interior del recinto penitenciario.

En específico, el 10 de noviembre de 2010, se le requisó un teléfono celular, una batería y un chip. Por esto, se le envió a aislamiento en celda solitaria.

La candidata recibió esta misma sanción el 19 de enero de 2011 y el 23 de agosto de 2012, cuando fue sorprendida “trenzándose a golpes de puño” con otra interna. Además, se le encontró portando una botella de chicha artesanal, un celular y un cargador, respectivamente.

En tanto, el 27 de diciembre de 2013, la cantidad de celulares que se le incautó fue mayor. En detalle, se le requisaron 44 teléfonos, 12 chip de la empresa Claro, ocho chip Entel, 26 cargadores y 14 manos libres. Aquí se le sancionó con privación de visitas.

Al año siguiente, el 5 de abril de 2014, también se le castigó con la suspensión de visitas, luego de que los funcionarios la sorprendieran nuevamente con un teléfono celular en su poder.

Gendarmes consultados por La Tercera, dijeron que -desde el punto de vista criminológico- se estaría ante una persona que “mantuvo una conducta refractaria a las normas del régimen penitenciario”.

En esta línea, señalaron que se trata de alguien que no se adaptó al régimen, y que a simple vista fue de “difícil manejo”.